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Decisiones importantes, decisiones subdesarrolladas

[fusion_builder_container background_color=”” background_image=”” background_parallax=”none” enable_mobile=”no” parallax_speed=”0.3″ background_repeat=”no-repeat” background_position=”left top” video_url=”” video_aspect_ratio=”16:9″ video_webm=”” video_mp4=”” video_ogv=”” video_preview_image=”” overlay_color=”” overlay_opacity=”0.5″ video_mute=”yes” video_loop=”yes” fade=”no” border_size=”0px” border_color=”” border_style=”” padding_top=”20″ padding_bottom=”20″ padding_left=”” padding_right=”” hundred_percent=”no” equal_height_columns=”no” hide_on_mobile=”no” menu_anchor=”” class=”” id=””][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=”1_1″ background_position=”left top” background_color=”” border_size=”” border_color=”” border_style=”solid” spacing=”yes” background_image=”” background_repeat=”no-repeat” padding=”” margin_top=”0px” margin_bottom=”0px” class=”” id=”” animation_type=”” animation_speed=”0.3″ animation_direction=”left” hide_on_mobile=”no” center_content=”no” min_height=”none”][fusion_text]Hace ya más de 15 años, europeos dedicados al ámbito agrícola, de paso por la zona, manifestaban “¿el agua de los ríos en invierno, se va directamente al mar? ¿no se embalsa? ¿la pierden?”. Ellos no podían entender que ocurriera esto en la región y que por más de 50 años existieran sólo ideas y eventualmente proyectos de embalses y generalmente, por “casualidad”, en periodo de elecciones.

Realizando un análisis de potencialidades, Chile, país con cordilleras en casi toda su extensión longitudinal, con ríos importantes de régimen pluvial y nival a prácticamente 100 km de distancia uno de otro y ríos menos importantes, pero significativos en recurso hídrico entre medio, no cuenta con los embalses necesarios para regular el caudal en periodos estivales, en donde el uso del agua es crítico para el sector agrícola. En general, el caudal de los ríos de la zona baja un 80% en los meses de máxima demanda de los cultivos y por ende, los agricultores se ven obligados a disminuir en la misma proporción sus siembras. Todo esto agravado por las continuas sequías que se han manifestado en las últimas décadas y que incrementan el déficit hídrico.

El proyecto embalse del Río Ñuble, Punilla, está pronto a cumplir un siglo de espera y en los últimos 5 gobiernos se han realizado todos los estudios técnicos, económicos, sociales y ambientales con resultados positivos. Lo único que falta es la decisión de construirlo. Este embalse permite almacenar alrededor de 630 millones de m3, tiene un costo de 426 millones de dólares, considerando obras propias del embalse, caminos y puentes, expropiaciones, mitigaciones y compensaciones ambientales, mejoramiento y adaptación de red de canales y una central hidroeléctrica.

El embalse Punilla, aparte de ser un regulador de las frecuentes crecidas invernales del Río Ñuble, que afectan a pobladores de la ribera, beneficia directamente a alrededor de 5.000 familias de agricultores, de las cuales más de un 70% son pequeños productores agrícolas, vale decir, unas 25.000 personas dependientes de la agricultura, agregando el potencial trabajo para muchas más. La capacidad del Embalse Punilla permitirá la seguridad de riego de 100.000 hectáreas de las comunas de San Carlos, San Nicolás, Ñiquén, Coihueco y San Fabián de Alico. Además, por si fuera poco, se puede disponer de una Central Hidroeléctrica capaz de generar hasta 90 Megawatt de potencia y crear un polo de desarrollo turístico en la Comuna de San Fabián.

Para ser justos también existen elementos adversos, como son: pérdida de 700 hectáreas de bosque nativo que se compensarán con la reforestación de una superficie similar, efectos negativos del ecosistema en la zona de Punilla, para lo cual la COREMA ha solicitado una compensación con terrenos para constituir un área protegida y 68 familias expropiadas, que se compensarán, además del pago de las expropiaciones, implementando un Plan de Manejo Social.

Bajo estos antecedentes ¿Cuál sería la decisión correcta? Esperemos que no sea una decisión política. Sólo como un antecedente final, el Estado de Chile ha entregado 9.580 millones de dólares, en 5 años, al Transantiago.[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

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