Skip to main content

Un presupuesto diferenciado

El concepto de Presupuesto como herramienta de planificación y control, data de finales del siglo XVIII cuando se presentaba al Parlamento Británico el plan de gastos del reino y se daban pautas sobre su posible ejecución y control. Dicha acepción se perfeccionó en el sistema inglés con el término budget y recibe en nuestro idioma la denominación de Presupuesto.

En nuestro país, este mes comienza el debate parlamentario sobre el Presupuesto. Al respecto, el domingo 01 de octubre, la Presidenta de la República, Sra. Michelle Bachelet, informó que el Gasto Público crecerá un 3,9% el año 2018 superando la estimación del actual Ministro de Hacienda Sr. Nicolás Eyzaguirre que plantea un 3%. Entre otros factores, este aumento se debería a la regencia total de la Reforma Tributaria y a la tendencia al alza de la divisa del cobre.

Ahora bien, haciendo una analogía entre la Jornada Laboral y la Jornada Escolar en Chile, ambas son las más altas de América del Sur según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo cual indicaría que el país es más productivo y que tenemos la mejor calidad en Educación. Por cierto, sabemos que esto está en “vías de desarrollo…”

Dado lo anterior, el Presupuesto en Educación, específicamente, ha recibido uno de los más significativos aportes del Estado. En 30 años se ha triplicado y, si consideramos que el Producto Interno Bruto (PIB) se ha duplicado en ese lapso, podríamos inferir que este aporte se ha multiplicado por 6.

Entones, con tal nivel de aporte y considerando a la educación como un agente de movilidad social, ¿a qué se debe que no alcanzamos niveles de desarrollo como Singapur, que hace 30 años estaba en una condición socioeconómica similar a la nuestra y ahora presenta una de las mejores alternativas educacionales a nivel mundial?

Sin lugar a dudas, la “cantidad” invertida no ha tenido la “calidad” esperada. Según la OCDE, en Chile, solo el 32% de quienes egresan de la educación superior tienen un nivel de comprensión lectora adecuado para sus años de estudio, esto indicaría que, desde su formación temprana, los estudiantes han recibido la misma metodología de Enseñanza – Aprendizaje que hace 30 años atrás.

La respuesta estaría en el “cómo”. Hoy existe una accesibilidad mayor a recursos didácticos que, aplicados de manera correcta en el aula, transformaría una metodología de trabajo dirigida a una más participativa. La implementación de enfoques pedagógicos que cambien las dinámicas de enseñanza y aprendizaje, a través de Redes de Tutoría, Aprendizaje Basado en Problemas y Experiencias con Empresas, permitirían innovar tanto la metodología como el clima participativo que se crea entre educadores y educandos.

Acorde a nuestra geografía e identidad, ¿por qué no generar un Presupuesto Diferenciado en Educación acorde a las necesidades de cada región y fomentar el saber de nuestros educandos en las ventajas competitivas de sus recursos y así transformar su realidad?, de esta forma se justificaría la inversión (no el gasto) en educación y el sentido de pertenencia internalizado en ellos, germinaría voluntades intrépidas por dar soluciones locales ergo, soluciones a nivel país.

 

Comparte esta publicación
Ir al contenido