
Corría el año 1998 cuando un nuevo motor de búsqueda en internet, Google, entraba a revolucionar el acceso a la información. Su fórmula: en vez de priorizar la coincidencia de palabras clave, jerarquizaba los resultados considerando la relevancia de cada página según los enlaces que recibía, es decir, mientras mejor referenciada estuviera una página, más arriba aparecería en la búsqueda. Además, proponía una interfaz sencilla y una mayor velocidad de respuesta. Así, durante casi tres décadas, Google fue la puerta de entrada al conocimiento global.
Sin embargo, ese liderazgo está cambiando aceleradamente. Las redes sociales han dejado de ser simples espacios de interacción para asumir el papel de motores de descubrimiento y búsqueda, especialmente entre las nuevas generaciones. Este giro, lejos de ser una moda, representa una transformación estructural en la forma en que personas y marcas se conectan e informan. Según un estudio de Ipsos, publicado en agosto de este año, el 52% de los consumidores chilenos ya utiliza redes sociales como fuente principal de información para compras y decisiones de marca.
Este cambio, percibido por Google en 2022, llevó a la compañía a expresar preocupación por la “pérdida de relevancia” entre los usuarios jóvenes y a tomar cartas en el asunto. Así, desde julio pasado la empresa comenzó a indexar oficialmente publicaciones públicas de Instagram, ampliando el ciclo de vida y el alcance de los contenidos sociales. Ahora, un reel, una foto o hasta un comentario en Instagram puede aparecer en los resultados orgánicos del buscador. Es interesante analizar que el fenómeno no está impulsado solo por algoritmos o por la indexación, sino por cambios profundos en el comportamiento de los usuarios. La inmediatez, el formato visual y la posibilidad de interactuar con creadores de contenido real y opiniones auténticas han otorgado a las redes una credibilidad y relevancia insospechadas hasta ahora.
Pero la tendencia va más allá del formato y el contenido. La Inteligencia Artificial (IA) también está acelerando la convergencia de redes sociales y buscadores. Google ha introducido resúmenes y respuestas generadas por IA que disminuyen la cantidad de clics en resultados orgánicos. El 58% de las búsquedas ya no desemboca en una visita a un sitio web, porque el usuario obtiene la respuesta directamente en el buscador. En paralelo, los algoritmos sociales emplean IA para personalizar el feed y anticipar necesidades de información, de modo que las consultas y recomendaciones sean cada vez más contextuales. Para las marcas el reto es doble, ya que deben optimizar sus contenidos tanto para redes sociales como para la IA. Aparecer en un resumen generado por ChatGPT hoy puede tener más impacto que liderar un ranking clásico de SEO.
El futuro digital está cambiando. Nadie va a “matar” a Google, pero ya no se vislumbra una supremacía unilateral. Buscadores tradicionales e IA conversacional, redes sociales interactivas y plataformas de contenido visual se integran en un ecosistema donde el usuario decide cómo, cuándo y desde dónde informarse. Por lo tanto, es crucial comprender el nuevo papel de las redes sociales y la influencia de la inteligencia artificial, e invertir en contenido contextualizado.
Paola Zerega Tallia



