Las familias necesitan satisfacer sus necesidades mediante el consumo de bienes y servicios. Por diversas razones, el ingreso mensual de un hogar podría ser menor a su gasto en consumo. Ante esto, las familias tienen dos opciones: ocupar sus ahorros; o bien, endeudarse. Es claro que lo más común es la segunda opción.
Según fuentes del Banco Central, los hogares chilenos aumentaron su stock de deuda a un 74,3% de su ingreso disponible el 2do trimestre de 2019. Por otro lado, en Chile existen 4,5 millones de morosos (personas que no pueden pagar al menos una cuota de su deuda), cifra que ha ido en aumento cada año. Bajo un contexto más local, durante el 1er semestre, 37 ñublensinos se declararon en quiebra, según cifras de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir). A esto se suma el hecho de que los sueldos en la región de Ñuble son los más bajos del país, cuya mediana no supera los $270 mil, según la Fundación Sol. Además, en la región, el 70% de la población no supera los $350 mil.
Es claro que los hogares chilenos tienen elevados niveles de deuda. Esto se conoce como sobreendeudamiento y se divide en dos tipos: activo y pasivo. El activo se produce cuando una persona consume de forma irracional e irreflexiva. En cambio, el pasivo se genera cuando ocurre una serie de circunstancias imprevistas (cesantía, enfermedad, etc.) que impiden hacer frente a las deudas contraídas, tratándose de una situación involuntaria e impredecible.
La deuda permite “traer al presente” el dinero que ganaremos en el futuro. En consecuencia, el endeudamiento per se no es malo, sino que debe llevarse a cabo con precaución y responsabilidad. Algunos consejos ideales son, primero que todo, hacer un presupuesto que nos permita saber cuánto tenemos y cuánto necesitamos gastar cada mes, para así buscar metas de ahorro, y saber cuánto endeudarnos. Luego, informarnos bien antes de aceptar la primera oferta de crédito que se nos cruce por delante, cotizando en distintas instituciones para conocer las condiciones de cada crédito, como la tasa de interés y los plazos de pago. Entonces, podemos estimar la cuota que pagaríamos cada mes y contrastarla con nuestro presupuesto para saber si tenemos capacidad de pago. Para el caso de personas que ya se encuentran en situación de insolvencia, existen mecanismos que permiten repactar las deudas que se tienen para buscar mejores condiciones, previo acuerdo con los acreedores. La Superir se encarga de ayudar a la población que presenta este tipo de problemas, facilitando un ambiente que permita encontrar condiciones deseables de renegociación de deudas.
Para finalizar, y enmarcándome en el tema, este jueves 24 de octubre, a las 15:00 hrs. se realizará en las dependencias de la Universidad de Concepción Campus Chillán, el 2do Seminario de Finanzas Personales para la región de Ñuble, en el cual se explicará sobre el endeudamiento responsable y el procedimiento de renegociación de deudas. Dicho evento es organizado por la Escuela de Administración y Negocios (EAN) de dicha casa de estudios.
Carlos Delgado Fuentealba