La reactivación económica ha sido, sin dudas, más rápida de lo esperado. Gracias a las ayudas estatales, el fácil acceso al crédito otorgado por las instituciones financieras y los tan discutidos primer, segundo, tercer y posiblemente cuarto retiro, muchos se han volcado a adquirir productos y servicios que antes veían lejanos o inalcanzables, por no tener dinero disponible para comprar.
Esto ha provocado una inflación histórica en el último año, lo que llevó a que el Consejo del Banco Central de Chile acordara incrementar la tasa de interés de política monetaria en 75 puntos base, llegando al 1,5%, lo que en palabras sencillas significa que se busca frenar el alza de los precios en la canasta básica, limitando el efectivo y que sea más caro endeudarse.
Otro coletazo de este sobreconsumo es el quiebre de inventario que sufren algunas industrias. Tanto el rubro de la construcción, así como el rubro automotriz son claros ejemplos de mercados que hoy están en crisis. El primero, por una escasez y alza sostenida de precios de los materiales, insumos y mano de obra, llevando a muchas pequeñas y medianas empresas a dejar o suspender sus obras y/o que sean nuevamente licitadas y el segundo, simplemente por una increíble sobre demanda. Los altísimos precios de los autos usados hacen pensar y mirar con buenos ojos adquirir uno “cero kilómetros”. Sin embargo, es cosa de ver cómo en las automotoras de nuestra ciudad comprar y salir manejando uno nuevo es casi una utopía, llegando al extremo de tener que encargar (previa reserva) un vehículo que llegará el verano del próximo año, en el mejor de los casos.
Ahora si usted es de las personas que se organizan con tiempo y ya está pensando en las compras navideñas y de fin de año, prepárese, pues en logística ya se habla de la “crisis de los contenedores”: el costo de importar productos desde China al resto del mundo se ha disparado a niveles inesperados, debido a una extraordinaria falta de espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente. A la falta de contenedores se suman los atascos que existen en los mayores puertos internacionales y los cierres temporales de algunos terminales marítimos chinos, debido a las estrictas medidas para controlar la pandemia de Covid-19. El retail ve esto con preocupación, ya que existe la incertidumbre de saber si podrán tener o no todo lo necesario para una de las que se espera, sea la mejor temporada navideña de los últimos años.
En definitiva, un mercado que se rige por los conceptos de oferta y demanda tendrá siempre fluctuaciones de precios. Sumado a esto, los quiebres de stock y retrasos en la entrega, nos pone sin duda en alerta para el futuro. Lo importante es que tomemos las medidas necesarias para que estas variaciones no nos tomen desprevenidos. Una correcta planificación de nuestro presupuesto, empresarial, personal y familiar es clave, manteniendo presente que debemos gastar solo lo que tenemos y que si necesitamos financiamiento externo lo hagamos a conciencia, sabiendo que pasaremos un buen tiempo con inflación y alza de precios. Así que prepárese y espere.
Norberto Hernández Andrade