Hace poco asistí a la feria en recursos humanos, HR Expo 2024, en Madrid. La experiencia no solo me permitió aprender sobre las tendencias más avanzadas en gestión de personas, sino también reflexionar sobre cómo poder actualizar el escenario local. Las exposiciones constituyeron un despliegue de ideas innovadoras en temas como inteligencia artificial aplicada a reclutamiento y selección de personas, experiencias del empleado y liderazgo transformacional. También presentaron desde plataformas que monitorean en tiempo real el nivel de bienestar de las personas en una empresa hasta metodologías que integran evaluación de desempeño, gestión del talento, pago de remuneraciones y flexibilidad laboral en un mismo modelo.
En Ñuble, el uso de teconologías asociadas a la gestión de recursos humanos aún no ha logrado insertarse, ya que algunas empresas todavía dependen de procesos manuales. Conceptos como fomentar el ajuste cultural o hablar de felicidad aún no forman parte de la conversación táctica, operativa, ni menos estratégica. Muchas veces el día a día consume a las organizaciones, que van dejando de lado el potencial de construir equipos motivados y comprometidos. Aquí la tecnología es un gran socio, pero son pocas las compañías o pymes locales que han integrado softwares de gestión en el manejo de su personal, lo que limita su capacidad para adaptarse al entorno cambiante, mejorar sus indicadores y competir en el mercado.
La feria también puso en evidencia el impacto que una buena experiencia del equipo de trabajo puede tener en los resultados de una organización. Es tendencia la utilización de herramientas digitales que permiten personalizar cada etapa del ciclo laboral, desde la selección hasta la desvinculación, mientras que en Ñuble todavía lidiamos con problemas básicos como la comunicación interna o la rotación constante de personal. En ya casi 15 años de experiencia en consultoría he podido detectar problemas crónicos en una amplia gama de sectores industriales y tipos de empresa: alteraciones en el clima laboral, altos índices de licencias médicas de origen psicológico, acoso laboral, reuniones poco efectivas, bajo nivel de colaboración y poco alineamiento de las personas con la estrategia. Esto resalta la importancia de liderar desde la empatía y el propósito, algo que podría transformar significativamente el panorama laboral en nuestra región.
Para cerrar estas brechas, propongo algunas soluciones. Primero, invertir en entrenamiento para colaboradores y líderes, promoviendo una mentalidad abierta al cambio. Segundo, fomentar alianzas entre empresas locales y centros educativos para diseñar programas de formación alineados con las necesidades del mercado. Tercero, implementar tecnología accesible que mejore la organización diaria, como sistemas básicos para gestionar turnos o medir el clima laboral. Finalmente, fomentar espacios regionales de diálogo que permitirían compartir buenas prácticas y aprender juntos.
Ñuble tiene un enorme potencial para avanzar en la gestión de personas. Con voluntad, creatividad y colaboración, se puede construir una región que no solo compita, sino que lidere en innovación organizacional.
Marcelo Oliva Abusleme