Primer mes del año y todavía reverbera la frase acuñada desde el país trasandino, la cual podría distar de la retórica o el lenguaje técnico que acostumbramos a oír, pero en parte, refleja su realidad.
En tanto, en nuestro país, se cumplirán diez años de las que, a mi juicio, fueron erróneamente denominadas reformas tributarias, en donde el crecimiento tendencial del PIB fue de un 2%, muy distinto al promedio de los años 1994 – 2013 que era de un 4,8%. Fuimos testigos del caso PENTA en 2014 que develó evasión tributaria para financiar campañas políticas y, en 2015, de la recepción de financiamientos bancarios para “emprendimientos” en Machalí, cuyos protagonistas eran conocidas figuras públicas, entre otros sucesos. ¿Qué acontece hoy en día?
El año pasado, surge el caso de la empresa de factoring FACTOP, en donde el SII se querelló por un monto cercano a los $13 mil millones de pesos, por los delitos de facilitación de documentación tributaria falsa. El factoring consiste en la venta que una empresa hace de las facturas por cobrar a una entidad financiera a cambio de un pago, con lo cual, especialmente las Pymes, pueden acceder a una liquidez evitando comprometer su capacidad de inversión. El aspecto positivo es la querella presentada pues, no aplicada esta por parte del SII, el delito tributario quedaría sin ser perseguido. He ahí la importancia de la autonomía del Servicio de Impuestos Internos. La modernización de la administración pública debe incluir designar por concurso de alta dirección pública a quien ocupe la Dirección de la entidad tributaria.
Veamos otros acontecimientos. Según el SII, las grandes empresas en Chile son el 1,2% del total y explican el 90% de las ventas, a diferencia de las MIPYMES que representan el 77% del total explicando un casi 12% de las ventas; entre ambas generan más del 94% de los empleos.
Para quienes cumplen sus obligaciones cívicas, tanto las empresas y las personas deben tributar por sus gananciales. Este año 2024, las empresas no calificadas como PYMES se gravarán con una tasa del 27% (posiblemente se modifique dicha tasa a un 25% para el año 2025 a proposición del Ministerio de Hacienda en marzo próximo). En tanto, las PYMES tributarán con un 10% y las denominadas PROPYME Transparente tributarán sólo con los impuestos personales de sus aportantes y las rentas presuntas con un 25%. Para las personas que emiten boletas de honorarios (BH) por sus servicios, la tasa aumenta a 13,75% y para quienes reciben sueldos, su tributación se ajusta a los tramos del impuesto único.
A futuro, urgen planes fiscales financiables porque sin una senda de crecimiento “no hay plata”. La confianza en las instituciones se acrecienta en la medida que los hechos contra la ley se sancionan. Es deseable que en los próximos diez años se presenten oportunidades de desempeño laboral que den oportunidad al ejercicio ético de futuros profesionales, amparadas en políticas públicas que articulen el trabajo de distintos rubros y fomenten el uso de mayores factores productivos.
Elías Karmach Sánchez