Existía una época en que se pensaba que el hombre era un ser que tomaba sus decisiones en forma racional, que siempre buscaba maximizar su beneficio y desde ahí construía el consumo de productos y servicios. Ocurrió un descubrimiento en la década de los 90, en que la Neurociencia, la ciencia que estudia el cerebro, logró determinar el hallazgo de que el cerebro humano tomaba sus decisiones en forma emocional, y que desde sus emociones escogía y se vinculaba a un producto o servicio. Esto conllevó que para comprender el comportamiento del consumo se integraran nuevas disciplinas: Filosofía, Psicología, Sociología y Antropología, de las ya existentes Economía y Ciencias Exactas.
Nace así el Neuromarketing, disciplina que incorpora el Marketing y la Neurociencia, analizando conocimientos sobre los procesos cerebrales para entender el vínculo de consumo de las personas con productos y servicios, y que integra en la investigación formas tradicionales y vanguardistas, permitiendo conocer los sentimientos, valores, pensamientos y emociones para luego diseñar productos y servicios que se enmarquen dentro de las necesidades y deseos de las personas. En la actualidad, ninguna estrategia de negocios puede obviar la investigación científica de las percepciones, memoria, cognición, emoción, razón y los mecanismos que interactúan en el aprendizaje y toma de decisiones de los consumidores. Muchas veces se piensa que el Marketing puede crear necesidades y que con esto se puede lograr imponer sobre las personas productos y servicios, lo cual no es así, más bien se puede conocer a las personas y con ello diseñar una oferta que se acerque a lo que ella necesita o que pudiera desear.
El cerebro es un órgano que nos entrega la facultad de interactuar con el mundo que nos rodea, que tiene 100 mil millones de neuronas, que crea enlaces que son circuitos neuronales que estimulan el pensamiento, la conducta consciente e inconsciente y que conduce a la toma de decisiones, que conforma un sistema cerebral en que ninguna parte del cerebro puede existir sin las otras, que tiene funciones sensitivas, motoras e integradoras y que, según nuevos descubrimientos, siempre se pueden regenerar; solo se detiene cuando la persona no lo estimula. Es por ello que el cerebro se debe cuidar y motivar adecuadamente, en lo que percibe por los sentidos, en su alimentación, descanso y desafíos que asume. El cerebro es una caja negra que con el tiempo se ha ido descubriendo más y más capacidades que posee y la emoción es clave en la toma de decisiones. Einstein establecía que “nunca descubrí nada con mi mente racional”, la razón y la intuición otorgan volumen y espacialidad, usarlas separadamente da una visión plana del mundo y personas con alto dominio personal consiguen esto espontáneamente.
Los descubrimientos en Neuromarketing han permitido desarrollar diseños de productos y servicios más integrales, en que los sentimientos de las personas se incorporan para crear un compromiso con sus valores, cultura y profundas preocupaciones, para que las empresas consideren que el uso es realizado por personas y poder llegar a su corazón, creando un vínculo leal, sincero y duradero.
Lilian Baeza Robles