El networking es una herramienta poderosa y, por qué no decirlo, esencial para emprendedores, líderes y profesionales en general, ya que su función es crear una sólida red contactos para potenciar proyectos, esparcir ideas y promover una carrera profesional. En realidad, el networking no es una acción novedosa, sólo que antes era una práctica extendida en el ámbito de los negocios y ahora abarca todo tipo de quehacer profesional.
El networking es más que simplemente intercambiar tarjetas de presentación en eventos corporativos o congresos, o agregar contactos en plataformas de redes sociales. Se trata de forjar relaciones genuinas e intencionadas para aportar y aprovechar los recursos intelectuales, materiales y la información que una red de contactos aporta y que trasciende las fronteras geográficas. Debe darse la reciprocidad, hay que estar dispuesto a ofrecer valor a nuestros contactos, ya sea compartiendo recursos útiles, brindando retroalimentación o presentándolos a alguien en nuestra red.
Expertos señalan que el networking es un catalizador para la colaboración ya que las redes de contactos son una fuente de acceso gratuita a la multidisciplinariedad, lo cual no solo fomenta la creatividad, sino que también permite una más rápida resolución de problemas o mejorar la calidad del propio trabajo.
Las estrategias a desarrollar para realizar un networking efectivo son, principalmente, explayar la autenticidad y aplicar el pensamiento estratégico. Autenticidad en el sentido de establecer relaciones genuinas, y no solo aumentar listas de contactos o seguidores: ¡es mejor calidad que cantidad! Hay que demostrar un interés real por los demás y compartir ideas, intereses e incluso pasiones y practicar la escucha activa. El pensamiento estratégico debe definir cuál es el objetivo por el cual uno se aventura en participar en una red: ¿oportunidades laborales, recibir o realizar mentorías u obtener conocimiento acerca de una industria en particular?
En la actualidad, las plataformas como LinkedIn se prestan útiles para participar de una red, pero hay que ser constante y alimentar contenido relevante. No se debe subestimar el contacto social, asistiendo a talleres, encuentros, seminarios y no perder la perspectiva del objetivo. Si fuere necesario, incluso es recomendable practicar la presentación de tu idea o proyecto.
Visualizar el networking como la construcción de relaciones más que una actividad transaccional puede aliviar la presión de participar, sobre todo para quienes lo ven como una cacería de “pitutos”. Pero, es un hecho que más del 70% de las oportunidades laborales, no se socializan por canales públicos. Lo cierto es que el networking no es una moda, y tiene un potencial innegable para moldear una carrera profesional. Atrás han quedado los días en que el éxito profesional estaba dado por la excelencia académica o la especialización. Actualmente, el construir una red sólida de conexiones se plantea como una habilidad vital para realizarse profesionalmente, y ahí recae la importancia de crear, por ejemplo, las redes de exalumnos, que tienen el doble beneficio de reunir personas por vínculos de amistad e intereses comunes.
Carmen G. Pérez Riquelme