La seguridad de las personas en el amplio sentido de la palabra se ha vuelto en los últimos meses importante para la población desde la perspectiva de la convivencia ciudadana, seguridad previsional, como el impacto que ello tiene en la salud mental de las personas.
Hoy las redes sociales son parte integral de la vida de las personas a nivel mundial y, en especial, de los menores de 40 años. Para este grupo el uso de las redes sociales y de internet es casi omnipresente. En Chile el 62% de los adolescentes y jóvenes tiene un teléfono inteligente y el 95% se conecta a internet semanalmente, dos horas mínimo en promedio diario.
Durante la pandemia del Covid-19, las cifras de conexión aumentaron pasando a un promedio de 4 horas al día conectados a internet. Ya se ha comentado que este comportamiento genera un impacto negativo en la salud mental, ya que estudios evidencian que la hiperconectividad se relaciona con baja autoestima, ansiedad y depresión entre otros detrimentos.
A su vez, las redes sociales han pasado a ser el vehículo de comunicación más potente de la sociedad, lo cual ha llevado a que las personas se informen a través de estos medios del contexto social local e internacional, ya que entregan mayor información, entre otros elementos de interacción, lleva a percibir el mundo que nos rodea de una forma distinta que otras generaciones.
El uso masivo de las redes sociales ha generado una dependencia que puede llevar a la adicción. Además, ha brindado oportunidades para la perpetración de estafas, delitos informáticos y falsificación de identidades, entre otros problemas. Por tanto, es crucial mantener un control sobre su uso, evaluando tanto sus aspectos positivos como los negativos.
Uno de los aspectos positivos de las redes sociales es que permite contactarse con amigos, familiares y comunidades de interés común, lo que es beneficioso al proporcionar compañía, información y apoyo social. Sin embargo, esto implica es un mayor control de su uso, dado que el exceso puede llevar a una pérdida de la realidad, generando dependencia y soledad, entre otros impactos.
Existen elementos de las redes sociales que influyen en producir inseguridad a las personas en temas de autoestima, comparación social y redes de apoyo. Por ejemplo, las redes sociales muestran una falsa imagen de la vida de las personas, en temas de felicidad, idealización de estados emocionales, lo lleva a comparaciones erróneas, poco asertivas y que generan estímulos irreales para cumplir estándares.
A su vez, al compartir masivamente información privada las personas se sobren exponen. Es conocido el ejemplo de una influencer en la región metropolitana, que fue asesinada presuntamente por seguidores, que miraban no solo su vida, sino acciones que no reportaban una conducta ética y moralmente aceptable.
En síntesis, la era de la alfabetización y las redes sociales, han traído nuevas oportunidades para muchos, pero también conlleva riesgos que deben ser considerados, en especial en los adolescentes, puesto que en una etapa de formación pueden ser nocivas en su autoestima, personalidad, y proyección futura.
Mauricio López Muñoz