Comenzando el año académico, los que deberían estar más entusiasmados son los alumnos de primer año de la educación “superior”. Han hecho una decisión muy importante. Una decisión estratégica. En el mundo de los negocios una decisión estratégica es aquella que no se puede deshacer fácilmente o dar marcha atrás tiene un alto costo. Decidir qué tipo de profesional ser, claramente es una de ellas. El que quiere ser un profesional debe invertir varios años de dedicación exclusiva al estudio para alcanzar la meta y una suma importante de dinero, la que puede significar un endeudamiento por otros años más. Estas son razones suficientes como para que el futuro estudiante y su familia evalúen todos los aspectos de dicha inversión. ¿Cuál es el mejor camino? ¿Estudiar lo que siempre ha soñado? ¿Estudiar lo que más demanda el mercado? Son muchas las variables a considerar, y el costo de arrepentirse a mitad de camino es altísimo. En este sentido quiero mencionar un mercado laboral que ha experimentado cambios interesantes: el de las enfermeras. Se debe tener presente que sólo en Chillán hay 5 casas de estudios que imparten la carrera, y además algunas universidades de Concepción envían sus alumnos de práctica a nuestra provincia.
Este es un tema serio para Ñuble, donde viven cerca de 2500 familias con hijos en esta carrera. Según el portal mifuturo.cl, del Ministerio de Educación, hasta el año pasado había 41.042 estudiantes de enfermería en Chile, y el 2016 se matricularon 7.358 jóvenes. Para comparar, piense que en los últimos 5 años las carreras de Derecho e Ingeniería Comercial han incrementado sus titulados en 53 y 60% respectivamente, pero enfermería lo ha hecho en 109%. Este año, al igual que los anteriores, las carreras de enfermería son las que presentan mayor demanda en las universidades locales. Y este comportamiento sostenido en los últimos 10 años parece ser lo que hoy muestra un cambio en el mercado laboral de los enfermeros chilenos. Estos profesionales jóvenes y recién egresados están percibiendo que no es “tan fácil” encontrar trabajo. En el 2011 la OCDE advertía que Chile tenía escases de enfermeras, y pronosticaba que se necesitaba llegar al menos a 40 mil. A este ritmo parece que se alcanzará pronto una pseudo-saturación del mercado.
Pero el asunto no debe pensarse así. La percepción de la población era que se necesitaban muchas enfermeras, entonces era “simplemente” estudiar, y luego elegir el mejor puesto. Pero esta era una condición privilegiada de las enfermeras con respecto a otros profesionales, los que podrían tardar 8 meses a 2 años en encontrar un primer buen trabajo. Hoy las enfermeras observan con preocupación que se tardan más de 3 meses en encontrar trabajo. Lo que es obvio es que no se construyen hospitales, consultorios o clínicas a la misma velocidad en que egresan las enfermeras.
Chile aún necesita enfermeras. Por un lado el Estado debe proporcionar la infraestructura para la promoción de la salud. Pero una parte importante la tiene cada uno de los enfermeros, y consiste en buscar, por sus propios medios, cómo poner su conocimiento al servicio de la gente, y de forma sostenible. Eso se llama emprender.
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