Chile es un país de marcados contrastes geográficos, culturales y sociales donde las necesidades del norte y del sur del territorio nacional presentan diferencias significativas con respecto al centro. Sin embargo, muchas decisiones de política pública que impactan a millones de personas en las regiones y municipalidades son tomadas desde la capital, con poca sintonía respecto a las especificidades locales. Ante este desafío, los estudios regionales emergen como una herramienta crucial para la toma de decisiones basada en evidencia científica, promoviendo un desarrollo más equitativo y sostenible.
Fomentar los estudios regionales no es solo una cuestión académica, sino una necesidad estratégica. El análisis detallado de dinámicas locales permite abordar problemas complejos como la gestión de recursos naturales, la planificación urbana, educación, salud, mercado laboral, y las brechas económicas y sociales, por mencionar algunos. Por ejemplo, el impacto del desarrollo minero en las regiones del norte no puede entenderse ni gestionarse adecuadamente sin considerar sus efectos en los ecosistemas, las comunidades locales y la economía regional, así como sus repercusiones en otras localidades alejadas. Políticas basadas en un conocimiento centralizado, homogéneo y que ignore la interacción entre las unidades espaciales y las personas corren el riesgo de perpetuar o incluso agravar las disparidades territoriales entre el centro y la periferia (Krugman, 1991).
En un mundo donde los países más avanzados y algunos de la región han incorporado datos regionales en su planificación estratégica y políticas públicas, Chile debe avanzar en una dirección similar. Una descentralización efectiva no se trata solo de crear nuevas reparticiones y cargos, que en muchos casos pueden añadir burocracia adicional; más bien, exige contar con estudios rigurosos que permitan diseñar políticas públicas adaptadas a la diversidad local. Estos elementos son cruciales para asegurar que el crecimiento no se concentre exclusivamente en unas pocas zonas cercanas al centro o a las capitales regionales, sino que sea inclusivo para todas las comunas del país.
Para lograrlo, es fundamental fortalecer la investigación en estudios regionales, fomentando por ejemplo programas de postgrado, financiamiento para proyectos de impacto local y espacios de diálogo entre investigadores, tomadores de decisiones y la sociedad. En este marco, informamos a la comunidad científica, a los responsables de políticas públicas y al público general sobre el 14º Encuentro de la Sociedad Chilena de Estudios Regionales SOCHER, que se llevará a cabo entre el 11 y el 13 de diciembre en la Universidad de Concepción, Campus Chillán, organizado por la Escuela de Administración y Negocios. Este evento será una oportunidad única para reflexionar, compartir investigaciones y avanzar en conjunto por el desarrollo regional.
El futuro del país pasa por reconocer y valorar la diversidad de sus localidades. Los estudios regionales no solo ofrecen datos y evidencia, sino también soluciones y alternativas adaptadas que permiten construir un Chile más equitativo, inclusivo, sostenible y resiliente frente a los desafíos actuales.
Mauricio Oyarzo Aguilar