Los cambios en el mercado laboral llegaron para quedarse. Los desafíos en el campo de la gestión de personas pueden variar año a año, y estarán influenciados por factores económicos, tecnológicos, sociales y organizacionales. Desde el año 2019 las externalidades están azotando fuertemente el empleo, comenzando con la crisis de octubre, luego el COVID-19, el conflicto de Rusia-Ucrania, seguido por la gripe aviar, y parece que no fuesen a detenerse. Todo lo anterior ha llevado a “estresar” el mercado laboral chileno, poniéndolo a prueba en diferentes ámbitos.
En primer lugar, nos encontramos con el rival más fuerte del trabajo, el desempleo. Hoy sabemos que contamos con cifras más altas que hace un año. En el mes de agosto, las cartas de despedido tuvieron un incremento, pasando de 267.906 a 310.523 (periodo de enero a agosto 2022 y 2023). Cuando a la puerta toca un finiquito no es fácil. Todo trabajador le teme al artículo 161 del Código del Trabajo, con el término de contrato por “necesidades de la empresa”; ya que se sabe que esto es una consecuencia de racionalización o modernización de la organización, bajas en la productividad del mercado o de la economía o simples cambios en las condiciones. Podrían ser los resultados de agosto los que tengan una directa correlación con el aumento al ingreso mínimo mensual, que se incrementó por ley a partir del primero de septiembre de 2023.
Un aliado del desempleo ha sido la tecnología, que se posiciona como el segundo desafío de los recursos humanos. Con la disminución de mano de obra, por aumento en los costos, se hace predominante la digitalización de las pymes. Esto se ha instalado como tendencia en todos los rubros económicos, y transversalmente en las diferentes áreas de las compañías. Y así llegamos al tercer y mayor desafío; dentro de las empresas aún encontramos un grupo de trabajadores sin alfabetización digital, pero cuentan con el conocimiento institucional necesario gracias a la cantidad de años de servicio en sus trabajos. Los Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1964), hoy deben convivir con la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980), los Millennials (nacidos entre 1981 y 1996) y la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2005). A esto lo llamamos el reto de la multigeneracionalidad laboral, donde las tres primeras han sobrevivido en los mismos entornos de trabajo (bogando por obtener un salario justo y acorde con la labor realizada), pero los Z o bien llamado nativos digitales, ya no sólo buscan el salario como principal motivador, si no que la flexibilidad es primordial al momento de emplearse de manera formal.
Con estos tres factores dentro de la ecuación del mercado laboral, podemos decir que estamos frente a profundos cambios. Un desempleo en escalada, que reemplaza la mano de obra por tecnología; la cual es desarrollada por nativos digitales, a quienes no los moviliza el concepto organizacional tradicional. Todo ello pone nuevamente al departamento de personas en una encrucijada ineludible para hacer un mercado laboral atractivo y competitivo más allá de los cambios externos.
Loreto Novoa Capponi