Luego de meses de trabajo y un proceso de armonización del primer borrador de la nueva constitución, finalmente la comisión respectiva ha presentado la penúltima versión, con un total de 387 artículos y 137 páginas, previo a la fase final del proceso constituyente que finaliza el próximo 4 de julio, a un año exacto del inicio de la convención. En tanto, el 4 de septiembre, en una instancia de voto obligatorio en un plebiscito de salida, el país votará el texto final, en medio de un panorama económico para nada alentador y que potencialmente puede influir en la decisión de los votantes. Entre las proyecciones desfavorables para este año destacan el potencial escenario de recesión económica, inflación de dos dígitos, creciente desempleo, continuos aumentos en la tasa de interés y caída en el crecimiento económico.
En relación al escenario de recesión económica proyectado, las cifras reportadas recientemente por el Banco Central dan cuenta de una caída en la economía chilena del 0,4% en el primer trimestre de 2022, comparado con el cuarto trimestre del año pasado en términos desestacionalizados. En proyección se espera una nueva contracción para el segundo trimestre, lo que estaría confirmando o reviviendo un fantasma del pasado; una recesión técnica “a la gringa” o como se mide en los países desarrollados, y que se desencadenaría semanas previas al plebiscito de salida.
Según datos de inflación del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en abril con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 10,5% en 12 meses, estamos viviendo un escenario inédito en la economía chilena, no solo por sus efectos en el bolsillo de cada uno de nosotros, sino que es un escenario nuevo para una generación completa de la población que no ha vivido en forma cotidiana la persistente alza en los precios. Con esta cifra Chile ingresa al grupo de los 25 países del mundo con dos dígitos de subida interanual del IPC (agencia Bloomberg, 2022). El desempleo también forma parte de las malas proyecciones cercanas al plebiscito de salida. Si bien la tasa de desocupación se contrajo 2,6% en doce meses (INE, 2022), es muy probable que la economía no sea capaz de absorber en su totalidad a las personas que, producto de la pandemia, salieron de la fuerza de trabajo y que hoy en día están volviendo. Y, por si fuera poco, los constantes aumentos en la tasa de interés que llevaron recientemente al Banco Central a establecer una tasa de 9% y que se proyecta al alza en los meses venideros, mientras no se vislumbre un signo de desaceleración inflacionaria.
Sin lugar a duda estas cifras y el desempeño del gobierno van a influir en la decisión de los votantes. Más aún, las señales enviadas por quienes fueron elegidos democráticamente para redactar el actual borrador constitucional y que, en algunos casos, no han estado exentos de controversias por sus dichos o actos al momento de argumentar o votar normas y/o indicaciones, no han sido las mejores. Todo esto solo propicia el incremento de la incertidumbre que ha acompañado el proceso constituyente desde su inicio, y que muy probablemente no vaya a disminuir de aquí al 4 de septiembre.
Mauricio Oyarzo Aguilar