Cada año, a partir de la primera semana de octubre, los municipios debe discutir el presupuesto municipal del siguiente periodo. Aspectos como la ejecución presupuestaria anterior, así como la proyección de ingresos y gastos son elementos fundamentales que deben ser considerados en la gestión municipal. Sin duda que cada municipio tiene necesidades particulares y prioridades a la hora de definir un presupuesto, considerando las limitaciones de financiamiento versus las múltiples necesidades de la población.
En este sentido, la optimización de los recursos municipales cobra real importancia para estos organismos públicos. En particular, las finanzas municipales suponen un tema complejo a la par de una serie responsabilidades, que en parte fueron heredadas en el periodo de la dictadura militar sin un traspaso de los recursos necesarios y competencias para una correcta administración. Esto no sólo atenta contra el desarrollo y disminución de brechas sociales, sino que supone un constante deterioro de un organismo encargado de administrar una parte importante de los recursos públicos.
Estos recursos provienen de dos fuentes principales. Por un lado los recursos propios desglosados en Ingresos Propios Permanentes (IPP), constituidos en su mayoría por patentes comerciales, permisos de circulación, derechos de aseo e impuesto territorial; a los que se le suman los ingresos provenientes del Fondo Común Municipal (FCM), de acuerdo a un mecanismo redistributivo de ingresos entre municipios; más otros ingresos. Finalmente, los recursos externos son los que provienen de proyectos como por ejemplo FNDR, FOSIS o programas como Quiero Mi Barrio.
Es importante destacar que las municipalidades son el único organismo de administración pública que tiene la obligación de autofinanciarse. Por tanto, además de procurar cumplir las demandas y necesidades de la población, deben preocuparse por generar los ingresos necesarios para operar. Las herramientas con las cuales cuentan los municipios para autofinanciarse son variadas; como son: el cobro de impuestos, el pago de patentes comerciales, los permisos de circulación, la recolección de basura o el pago de partes policiales.
Por otra parte, la capacidad de autofinanciamiento de las municipalidades a través del territorio es heterogénea. Según datos del Sistema Nacional de Información Municipal (SINIM, 2017) en 2016 el 10% de las comunas que más recaudan por concepto de patentes comerciales acaparan cerca del 75% de los ingresos nacionales en esta partida. No es al azar que a la cabeza de este selecto grupo se encuentren comunas pertenecientes a la Región Metropolitana, centro neurálgico y polo de atracción para empresarios y emprendedores de todo el país.
Por tanto es necesario avanzar en una legislación que permita dotar a las municipalidades y al personal municipal de las herramientas necesarias para una eficiente administración de recursos. En particular entregar las atribuciones adecuadas para aumentar la recaudación de ingresos y disminuir la dependencia del Fondo Común Municipal. Finalmente, y lo más importante, asegurar que cada peso gastado por los municipios vaya en directo beneficio de la comunidad.
Mauricio Oyarzo Aguilar