Para que surjan innovaciones en un sector, lo primero que debe existir es la necesidad de resolver un problema real que afecta a un grupo (grande) de personas. También es posible cuando aparece una tendencia de consumo que empieza a tomar fuerza. Por último es fuente de innovación un cambio regulatorio que fuerce a generar nuevas soluciones y estimule la inversión privada.
Lo que hoy está pasando en Chile en el área del reciclaje son estos tres factores combinados: Los rellenos sanitarios o vertederos se colapsan a mayor velocidad de la esperada, y abrir uno nuevo se hace cada vez más difícil. Existe mayor conciencia colectiva en la importancia de tener buenas prácticas medioambientales. Y finalmente, para abrochar esta oportunidad, el año 2016 se promulgó la ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) que pretende estimular el mercado del reciclaje en Chile, responsabilizando a los productores de sus residuos durante todo el ciclo de vida del producto… Esto que podría parecer disruptivo es de toda lógica; Hacerse cargo de los residuos que genero, qué importa si soy una persona o una gran industria, se trata de “responsabilidad” social y ambiental. Es tan lógico, que en Alemania esta ley existe desde hace 27 años. En este tiempo han logrado estimular un mercado interno que mueve millones de euros al año, con crecimientos del 14% interanual y que ofrece 250 mil empleos. Sin embargo para que este “milagro alemán” haya sido posible, no solo fue por la acción de las empresas, sino que también, la participación de la sociedad es fundamental en la recuperación. Para esto, por ejemplo, los alemanes deben entregar un depósito no solo por las botellas de vidrio, sino también por las de plástico y las latas. Este “regresivo” sistema los ha llevado a recuperar prácticamente el 100% de los envases plásticos.
Volviendo a Chile… Durante el tiempo que lleva la ley promulgada en proceso de materialización, se ha visto cierto escepticismo por parte de los sectores que podrían verse afectadas con la fijación de metas de recuperación para los productos priorizados. En particular el retail, embotelladoras y empresas de telefonía móvil ven como prioritario la gradualidad en la implementación de la ley y que el regulador se sensibilice con el proceso productivo de la industria específica, antes de fijar las metas de recuperación. El lado bueno de estas discusiones es que no se objeta por ningún sector la aplicación de la ley, sino que el cómo se implementará. Eso sin duda es un primer paso importante para establecer los acuerdos necesarios.
En Chile ya hay varios innovaciones que están dando que hablar: Green Glass que hace vasos con botellas de vidrio recicladas, o Biofiltro que limpia el agua contaminada con lombrices, o Sise que con los Ecopuntos cambia la cultura de la sociedad hacia el reciclaje. Es así como el interés por emprender “con sentido” que muestran las nuevas generaciones hacen de esta oportunidad un verdadero fetiche para innovar.
Imagina crear tu propio emprendimiento que además de generar beneficios económicos, aporta a la sociedad y al medioambiente. Es un sueño perfectamente plausible y está a tu alcance con innovación, perseverancia y pasión.
José Coloma Canales