Los cambios y noticias relacionadas con el mundo laboral en nuestro país destacan la dinámica de este sector y su permeabilidad ante el mercado, las condiciones macroeconómicas, el perfil del gobierno, las investigaciones en desarrollo organizacional y las nuevas tendencias. Hemos sido testigos que, en pocos meses, se han ido incorporando cambios significativos que están moldeando el futuro laboral. Tenemos la Ley de 40 horas, legislación que reduce la jornada laboral semanal y que busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, otorgándoles más tiempo para el ocio, la familia y el descanso. También está la Ley Karin, enfocada en perfeccionar la legislación respecto al acoso laboral, proponiendo incluir delitos como, por ejemplo, restringir a un subordinado las posibilidades de hablar, separar a un trabajador de sus compañeros cambiándolo de lugar o prohibir a los compañeros que hablen con una determinada persona, entre otros. A estas reformas se suma el aumento del salario mínimo, que busca mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y reducir el impacto de la inflación.
Este nuevo escenario implica que las empresas, mipymes, el ecosistema emprendedor, líderes y colaboradores implementen métodos para adaptarse y hacer frente a este dinamismo y cambios constantes. A continuación propongo algunos métodos y estrategias.
Para la implementación sostenida de la ley de 40 horas y el aumento de rentas, se sugiere reorganizar el trabajo mediante el establecimiento de turnos escalonados y horarios flexibles para distribuir las horas laborales de manera más eficiente; invertir en tecnología para automatizar tareas repetitivas; revisar y optimizar los procesos internos para reducir costos y mejorar la eficiencia operativa; ajustar los precios de productos y servicios para reflejar el incremento en los costos laborales sin perder competitividad, eliminar malas prácticas, desperdicios de tiempo y optimizar recursos.
Para prevenir la judicialización de conflictos internos, sugiero que la empresa fomente una comunicación constante y abierta con los sindicatos y representantes de los trabajadores. Flexibilidad y colaboración, no hay otro camino para avanzar; mostrar disposición a negociar y colaborar para alcanzar acuerdos. También se deben fortalecer liderazgos internos y fomentar una cultura organizacional que respete la diversidad, valore los logros y desarrolle liderazgos donde se ponga, al menos en el mismo nivel, los resultados y a las personas.
Las nuevas estrategias en administración y negocios evidencian que las empresas que valoren la innovación, la colaboración y el bienestar de los trabajadores y clientes, adopten nuevas habilidades en el uso de tecnologías y aprovechen herramientas de capacitación y desarrollo, serán organizaciones que operarán de mejor forma es este contexto volátil y ansioso. La mala o buena noticia es que los cambios constantes prevalecerán porque las sociedades se complejizan y van interviniendo otros factores.
Ajustarse a estas dinámicas con nuevas formas de trabajar y producir suele ser la respuesta más acertada. Así lo ha sido siempre, desde las sociedades neolíticas hasta nuestros tiempos.
Marcelo Oliva Abusleme