Ñuble es hoy la segunda región con los más altos índices de pobreza en Chile, donde la mayoría de sus comunas se encuentran con un alto porcentaje de personas en situación de vulnerabilidad, con un 16,1% de su población bajo la línea de pobreza, versus el 8,6 % nacional (CASEN 2017). Según especialistas, esto se explica porque es en la ruralidad donde existen los mayores problemas de vulnerabilidad y la población ñublensina, cuya principal actividad es la pequeña agricultura tradicional, es en su mayoría rural (60%).
Se sabe que en las zonas rurales la principal forma que poseen los habitantes para transmitir sus necesidades a las respectivas autoridades es a través de las distintas organizaciones territoriales o funcionales que poseen, siendo la más relevante la junta de vecinos, cuyo objetivo es promover el desarrollo de la comunidad, defender los intereses y velar por los derechos de los vecinos. Actualmente el panorama para éstas es bastante desolador porque cuentan con una participación menor al 20%, lo que refleja el poco interés de la comunidad por ser parte de la directivas, y además se revela una baja capacidad técnica de sus dirigentes en el acceso a una batería de proyectos e ingresos que les permita mejorar en parte los problemas que actualmente poseen. La evidencia muestra que las juntas de vecinos están desapareciendo, sobre todo en las zonas rurales de la región.
Por otro lado, el Estado ha hecho esfuerzos significativos por ofrecer recursos económicos a las organizaciones, a través de fondos concursables, para que postulen y eventualmente puedan acceder a un tipo de financiamiento público. Prueba de lo anterior, son las distintas plataformas que se han creado con este fin, por lo demás didácticas y automatizadas, donde se puede ver una variedad de fondos disponibles con sus respectivas bases y formularios. ¿El problema? Cada solicitud se debe elaborar con un grado de conocimiento previo que incluye entendimiento técnico de materias administrativas, económicas y tecnológicas, que no necesariamente poseen los dirigentes e integrantes de dichas organizaciones.
Teniendo claro el diagnóstico anterior, la Escuela de Administración y Negocios (EAN) de la Universidad de Concepción, Campus Chillán, ha considerado necesario ofrecer asignaturas dentro de su programa de estudio de la carrera de Ingeniería Comercial, que ayuden en parte a solucionar dicho problema. Por ejemplo, la asignatura Evaluación Social de Proyectos se dicta bajo la metodología de Aprendizaje basado en Proyectos, en donde, en una primera etapa, el alumno recibe los conocimientos asociados a las distintas metodologías de preparación de proyectos sociales para luego aplicarlas en una organización de la región. De esta forma, se contribuye con uno de los objetivos de las juntas de vecinos y se potencia que éstas puedan acceder a proyectos o financiamientos adecuados a sus reales necesidades. Así no solo se aporta para intentar que la región de Ñuble disminuya en parte, sus actuales índices de pobreza, sino también se beneficia a los futuros profesionales al vincularlos directamente con los problemas que existen en el medio local.
Rafael Monsalve Sandoval