Chile ha sido protagonista de una historia económica marcada por el desarrollo de la industria minera. El cobre era, hasta hace algunos años, uno de los principales minerales en materia productiva e inversión. En los últimos años, y con mayor énfasis en 2022 y lo que llevamos de 2023, ha emergido un interés sin precedentes en un mineral que podría transformar la industria minera de nuestro país y del mundo: el litio. Con una demanda global en expansión, el desarrollo de la industria del litio en Chile se presenta como una oportunidad única para impulsar la economía y la producción sustentable. Como segundo productor mundial de litio después de Australia, nuestro país alberga la mayor parte de las reservas de litio económicamente extraíbles del mundo, siendo el Salar de Atacama el que contiene cerca del 37% de la base de reservas mundiales (Sernageomin, 2023).
El litio, elemento esencial en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y almacenamiento de energía, es una pieza clave en la transición hacia una sociedad más respetuosa con el medio ambiente. En este contexto, a fines de abril de este año, el Poder Ejecutivo presentó la Estrategia Nacional del Litio. Según sus alcances, se fomenta la cooperación público-privada en la explotación del mineral, así como una serie de medidas para materializar el cuidado del medio ambiente y de las comunidades que habitan en localidades cercanas a los centros de producción. Entre estas medidas destaca la creación de un Instituto de Investigación del Litio que se espera aborde temas asociados a los impactos ambientales de la industria.
A pesar de la posición estratégica que tiene nuestro país en la industria del litio, existen serios desafíos que debe afrontar tanto la estrategia del gobierno llevada a la práctica, así como la propia industria. En primer lugar, la localización geográfica de nuestro país. Este aspecto nos juega en contra y se convierte en una desventaja competitiva frente a otros países que desarrollan baterías basadas en el litio. Otro desafío importante que debe afrontar esta industria es en materia medioambiental. El desarrollo de la industria del litio debe llevarse a cabo de forma sostenible y responsable. La intensificación de la producción de este mineral conlleva serios riesgos ambientales y ecosistémicos, como el agotamiento de recursos hídricos en áreas donde el agua es escasa, así como en el tratamiento de los desechos, afectaciones a salares de las zonas productivas, así como efectos negativos en el bienestar de comunidades locales. Es fundamental que las empresas y el gobierno implementen tecnologías limpias y prácticas de gestión sustentable para mitigar el impacto en el entorno natural.
Es de esperar, entonces, que la estrategia presentada por el gobierno se vaya calibrando de tal manera que se aproveche la cooperación púbico-privada, fortaleciendo las normativas medioambientales y promoviendo y transparentando el buen uso de los excedentes e impuestos en proyectos de desarrollo social, infraestructura y protección del medio ambiente, con especial énfasis en las zonas cercanas a los yacimientos.
Mauricio Oyarzo Aguilar