De acuerdo al último Informe de Política Monetaria (IPoM), publicado por el Banco Central, las estimaciones de crecimiento económico para Chile se redujeron a un rango de 1.5%-2.5% para el 2022, y de 0%-1% para el 2023.
El crecimiento de la actividad económica es necesario, entre otras cosas, por dos razones. Primero, se puede obtener una mayor recaudación tributaria, lo cual permite el financiamiento de bienes y servicios públicos. Segundo, contribuye a que la deuda pública -aquella que posee el Estado- sea sostenible en el tiempo. Esto conduce a una reducción en el riesgo país, y en consecuencia a un abaratamiento del financiamiento externo.
Por otro lado, entendamos cómo los países crecen. En el corto plazo se pueden registrar altas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) debido a una mayor demanda. Eso fue precisamente lo que ha ocurrido este año, cuyas cifras han sido confirmadas por el Banco Central con una proyección más allá de la esperada, entre un 11.5% y 12%. El pronóstico de meses anteriores había sido de un alza entre 8.5% y 9.5%. Más allá de que la mayoría de los sectores económicos han estado recuperando el uso de su capacidad ociosa producto de las restricciones generadas por la actual pandemia, el alza de las transferencias directas a los hogares y el uso de parte de los ahorros previsionales para financiar gastos presentes explican este fenómeno. El Estado de Chile elevó significativamente el gasto fiscal como una medida contracíclica para mitigar los efectos de la recesión económica experimentada el 2020. Sin embargo, cuando dicha demanda excede la capacidad productiva del país, se generan episodios inflacionarios como los que hemos experimentado en estos últimos meses (pronosticados en torno al 7% anual), y a pesar de que el Banco Central implemente medidas necesarias para que la inflación retorne a su rango meta del 3%, éstas implican un aumento de las tasas de interés, y generan en consecuencia un mayor costo en el endeudamiento tanto para las familias como para las empresas.
Entonces, ¿cuál es la forma más efectiva para que los países puedan crecer? Es bajo un enfoque de largo plazo, ampliando la capacidad y eficiencia productiva del país. En otras palabras consiste en aumentar el stock de capital vía mayor inversión, desarrollar el capital humano a través de una mejor calidad de la educación, impulsar la innovación a través de la creación de nuevos bienes y servicios, junto con añadir valor a los ya existentes. Este enfoque de crecimiento contribuye a que la inflación se mantenga en niveles bajos y sostenibles en el tiempo, junto con generar incrementos orgánicos en los salarios reales, lo que conlleva a un aumento del poder adquisitivo y de la calidad de vida de la población en general.
Es necesario que las autoridades recientemente electas y que asumirán la administración del Estado de Chile durante los próximos años puedan generar condiciones para aumentar el crecimiento económico de largo plazo, entendiéndolo como una condición necesaria para una efectiva implementación de políticas públicas vinculadas a los ámbitos sociales y que buscan mejorar el desarrollo humano.
Carlos Delgado Fuentealba