Y cuando ya pensábamos que con el caso de las farmacias, los pollos y el papel confort estábamos listos… llega el estreno de los pañales coludidos. ¿Hay algo más necesario en una casa que un confort o un pañal? Lástima para las empresas involucradas en la colusión que la tasa de natalidad en Chile al año 2012 era solo de 1,8 hijos por mujer, y seguramente ellos promueven las familias numerosas.
Una manipulación de los precios que duró siete años, entre el 2002 y el 2009. Una colusión que no sólo implicó acuerdos en el alza de precio, sino que además hubo intercambio de información y coordinación en la participación del mercado.
La nueva Ley de Sociedades Anónimas obliga a las empresas informar a la Superintendencia de Valores y Seguros situaciones que tengan efecto en el valor accionario de la compañía. De esta forma supimos de la nueva colusión gracias a que se filtró en el proceso de Delación Compensada esta información, donde las dos empresas involucradas reconocen prácticas ilícitas y acuerdos de precios.
Es vergonzoso y decepcionante que grandes empresas, integradas por ejecutivos formados en los mejores colegios y universidades de Chile, y tal vez del extranjero, caigan en esas prácticas. Enlodan aún más la ya mala imagen del empresariado y los que actúan de manera recta pierden credibilidad y con toda razón. Nos impacta, nos golpea y nos duele, pero al mismo tiempo hacemos vista gorda cuando un amigo no paga imposiciones a sus trabajadores, paga menos de lo que es justo por el trabajo realizado, o cuando impunemente evaden impuestos. En mayor o menor medida todas estas prácticas son reñidas con la ética y no podemos obviarlas. Leemos a diario en las redes sociales críticas y sátiras sobre los grandes empresarios de este país, que claramente no han dado en lo absoluto un ejemplo digno de seguir, pero tampoco somos capaces de mirar nuestro actuar.
Estas colusiones y evasiones de impuestos han tenido un costo para la imagen del empresariado, para la imagen del país en términos de transparencia y un costo económico no menor para el Estado.
Por otra parte, ¿se puede afirmar que en Chile tenemos una economía de Libre Mercado con estos casos?… ¿quién puede competir si el mercado se reparte entre un par de actores?. Para qué hablar de las compensaciones a los consumidores, compensaciones que son prácticamente inexistentes.
Lo triste de este caso en particular es que la Fiscalía Nacional reconoce que la colusión no puede ser investigada por el Ministerio Público porque sucedió hace más de cinco años y por lo tanto queda prescrito.
Al parecer no solo la clase política está suficientemente desprestigiada en este país, ahora se ha sumado en el mismo pódium el empresariado. El mismo gremio que festinó con una mujer inflable hace pocos días, para estimular la economía; como si el crecimiento económico fuera lo único que construye o permite que un país avance. Los valores, las buenas prácticas, la transparencia, la democracia son conceptos cuya práctica permite que un país crezca de verdad y eso debemos estimular.
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