Aunque no es una palabra de uso cotidiano, desahorrar se define dentro de la ciencia económica como el endeudamiento. Este utiliza la misma lógica del ahorro, pero en sentido inverso, ya que se ahorra para poder adquirir mañana un bien o servicio que hoy no podría dado mis ingresos, en tanto uno desahorra (se endeuda) para poder comprar y disfrutar hoy con ingresos que adquiriré en el futuro. De todas maneras será necesario restar una porción de mis ingresos cada mes (como si fuera ahorro). Pero, ahora “restar” es obligatorio, porque la institución prestamista lo exige. El ahorro no lo era.
El precio del bien es casi lo mismo en ahorro y desahorro. Ese “casi” es el costo del endeudamiento, porque hay algunos detalles que a menudo son obviados por los consumidores de créditos, a saber: la tasa de interés.
Pese a lo anterior, el endeudamiento parece ser la única opción para adquirir la casa propia. El problema es que este tipo de crédito presenta no uno, sino dos costos asociados. El primero es la mencionada tasa, y la segunda es la UF. Como el dinero pierde capacidad de compra a través del tiempo dada la inflación (En Chile hoy está cercana al 3% anual), los bancos se protegen asegurando que los clientes les devuelvan al final de los 20, 25 ó 30 años, la misma capacidad de compra (no de dinero) que le prestaron. Eso lo logran con un crédito en UF en vez de hacerlo en pesos, ya que la UF refleja el movimiento de la inflación. Por lo tanto, usted debe pensar que para pedir un crédito hipotecario, además del precio de la casa, debe adicionar el interés del banco y la inflación acumulada en el tiempo que dura el préstamo.
La teoría económica asegura que, en economías de capital, el endeudamiento es necesario, ya que permite a las familias controlar sus diferencias entre ingresos y gastos, pero debe ser utilizado con discreción. El Banco Central de Chile observó que las familias chilenas movieron sus proporciones de deuda-ingreso desde 35.4% (año 2000) hasta el 59.9% en el 2009. Lo que significa que el temor a endeudarse disminuyó a una tasa de casi 100% en 10 años. Las familias destinan una proporción mayor de sus ingresos a pagar deudas y el mercado responde aumentando su oferta de créditos, disminuyendo sus restricciones. Debe saber que mientras usted sea más riesgoso para el banco (menor sueldo, trabajo inestable, familia amplia, pocos activos, etc.) igualmente le prestarán dinero, pero a tasas más altas.
En Chile, los clientes que mejor responden al desahorro (en términos proporcionales) son las mujeres, aunque son menos propensas al endeudamiento que los hombres.
Creo que la mayoría de las instituciones financieras funcionan bajo la ley, sin embargo el Estado debe avanzar más rápido en sus iniciativas de educación financiera, pues al final del día, es responsabilidad de cada consumidor solicitar dinero prestado o aceptar una tasa en un crédito. Si puede, evítelo. Si cree que es vital, infórmese y cotice antes de tomar una decisión. Y si cree que ha sido engañado, denuncie el hecho a la entidad que corresponde, la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).
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