El conflicto entre Israel y Palestina, que comenzó hace 70 años y que se reactivó el pasado 10 de octubre, ha tenido un impacto significativo en los mercados globales, incluido el mercado del petróleo. Sin ir más lejos, el precio del petróleo crudo Brent, el estándar de referencia en Europa, tuvo un aumento del 4%, a 85 dólares por barril, su nivel más alto desde julio de 2014. El petróleo es un bien escaso y, en caso de guerra, la oferta se reduce, lo que lleva a un aumento de los precios. Para el citado caso, este aumento de precio se debe a dos factores principales: el bloqueo del Estrecho de Tirán, que impide el paso de barcos petroleros desde el Mar Rojo al Mediterráneo y la posibilidad de que la guerra se extienda a otros países de la región, lo que podría interrumpir aún más el suministro de petróleo.
Chile no está ajeno y se verá afectado a pesar de las distancias, ya que a corto plazo aumentará el precio del petróleo estimándose que tendrá un impacto negativo en la economía chilena, ya que nuestro país es un importador neto de petróleo. Este commodity es un componente esencial en la producción de numerosos bienes y servicios locales, por lo que un aumento en su precio aumentará los costos de producción de grandes, medianas y pequeñas empresas y, en última instancia, terminará en un incremento de los precios al consumidor final. Ni hablar del transporte terrestre, donde ya se estiman alzas en los fletes y despachos a domicilio.
Por otro lado, una arista importante es que el conflicto en Oriente también podría tener un impacto en el comercio y la inversión, ya que, si se prolonga, podría conducir a una mayor incertidumbre y volatilidad en los mercados globales, lo que tiende a disuadir a los inversionistas, siendo las empresas reacias para invertir en nuevos proyectos o expandir sus operaciones en un entorno inestable.
Pero si hablamos de alzas e incertidumbre, el dólar se lleva todas las miradas, cuyo precio seguirá subiendo en Chile según las proyecciones de los economistas a causa del conflicto bélico. Consultando en diversos medios de comunicación, los expertos coinciden en que incluso podría dispararse en caso de que el conflicto sume nuevos actores, situándolo en torno a los $950 en lo que resta de octubre. También se menciona que un eventual aumento en la tasa de interés por parte del Sistema de Reserva Federal (FED) en Estados Unidos y el paulatino descenso de las tasas en Chile, podrían presionar al alza el precio de la divisa.
Como vemos, el impacto de la guerra en Israel en la economía chilena y mundial aún es incierto, ya que el conflicto está en sus primeras etapas. Sin embargo, es probable que el impacto sea negativo, ya que el aumento del precio del petróleo y la incertidumbre en los mercados globales podrían conducir a una desaceleración del crecimiento económico y un aumento de la inflación.
Esperemos que por el bien de ambas partes el conflicto no se extienda por más tiempo y que las autoridades internacionales puedan interceder para encontrar una solución, pensando en primer lugar en las personas afectadas directamente y desde ahí construir medidas a corto y mediano plazo que impulsen positivamente el mercado nacional e internacional.
Norberto Hernández Andrade