Sostenibilidad y sustentabilidad son dos términos que a menudo se usan indistintamente. Si nos guiamos por la rigurosidad de la RAE, encontraremos que ambas palabras son sinónimos. Igualmente ocurre en el idioma inglés, ya que solo existe “sustainability”. No obstante, en la realidad, encontramos que los autores asocian ciertos matices de significado distintos a los términos desarrollo sustentable y desarrollo sostenible.
La definición que proporciona el Diccionario de la Lengua Española para “sostenibilidad” dice que el término, en el ámbito de la ecología o la economía, se refiere a aquello que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente. En tanto que, la “sustentabilidad”, es aquella cualidad de una actividad económica o productiva que consiste en satisfacer las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para hacer lo mismo. Quizás un ejemplo podría aclarar mejor la delgada línea que las separa.
Supongamos que una empresa desea implementar prácticas sostenibles y sustentables en su operación. Si adopta el enfoque de sostenibilidad, se debe abocar en la reducción de su huella ambiental y en la implementación de prácticas responsables con el medio ambiente a largo plazo. La empresa podría establecer objetivos para reducir su consumo de energía y recursos naturales, así como para minimizar la cantidad de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero. Además, podría adoptar prácticas responsables en materia social, como garantizar condiciones laborales justas y seguras para sus empleados.
Por otro lado, si la empresa adopta un enfoque de sustentabilidad, sus esfuerzos se deben enfocar en el uso eficiente de los recursos y en la reducción de los costos operativos. La empresa podría buscar tecnologías más eficientes y rentables para la producción y la gestión de residuos, lo que podría ayudar a reducir los costos operacionales. La empresa también podría buscar formas de mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de agua y materiales, lo que también ayudaría a disminuir dichos costos.
En resumen, mientras que el enfoque de sostenibilidad se centra en el largo plazo y busca equilibrar las necesidades actuales y futuras, el prisma de la sustentabilidad se dirige al corto plazo y busca maximizar la eficiencia en el uso de los recursos y minimizar la contaminación. Ambos enfoques son importantes para alcanzar un desarrollo integral y duradero.
En los últimos años, especial referencia ha adquirido el término “sostenible” en relación con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por las Naciones Unidas. Actualmente, somos testigos del uso indiscriminado de ambos términos, ya sea en las declaraciones de planificación estratégica de las empresas y organizaciones, en discursos políticos e incluso en normativas oficiales. “Sustentable” y “sostenible” se pusieron de moda, al punto que parece ser políticamente correcto incluirlos, incluso cuando quienes los proponen como objetivo tengan como negocio actividades que no se condicen, por ejemplo, con la protección y preservación del medioambiente.