La tecnología avanza a una velocidad impensada. Para mí, la primera gran revolución fue internet, luego los smartphones y ahora las inteligencias artificiales (IA).
Las IA nos llevan acompañando desde hace ya unos años pero tenían el problema de que ofrecían pocas posibilidades de interacción y que inmediatamente se notaba que se estaba hablando con una máquina. Esto era así hasta que hace unos meses la empresa Open AI libera una beta test pública de su versión del ChatGPT 3.5 donde, por primera vez, tuve la sensación de estar conversando con una persona.
La interacción con esta herramienta es bastante simple. Se ingresa a la página web de la empresa, se registra y listo. Se abre un chat en el cual uno puede escribir sus dudas o comentarios y la IA va respondiendo.
Ante la pregunta ¿qué eres?, la respuesta es “soy un modelo de lenguaje basado en inteligencia artificial llamado ChatGPT. Me entrenaron utilizando la arquitectura GPT-3.5 y tengo acceso a una gran cantidad de información y conocimiento en varios campos, desde ciencias y tecnología hasta literatura y cultura pop. Mi principal función es comunicarme con las personas en lenguaje natural y responder a sus preguntas, proporcionar información y mantener conversaciones. Algunas de mis capacidades incluyen generar texto coherente y gramaticalmente correcto, traducir entre idiomas, responder preguntas y sugerir respuestas. Soy capaz de entender el contexto y la intención de las preguntas y conversaciones que se me plantean gracias a su capacidad de procesamiento de lenguaje natural avanzado. Esto significa que puedo entender el significado de las palabras en el contexto de la conversación y así generar respuestas más precisas y relevantes.”
Llevo conversando un par de semanas con esta IA por lo cual sé que puede ayudar en cosas como: análisis matemático avanzando, explicar y dar códigos en programación, resumir textos, indicar ideas sobre conceptos que desconocemos, hacer guías de trabajo, rutinas de ejercicio físico, dieta nutricional y muchas cosas más. Todo lo anterior en una conversación con la máquina en la cual uno puede objetar cosas, pedir más explicación con ejemplos o cambiando el punto de vista. Esto es instantáneo, aunque depende de la velocidad de conexión con el servidor y la IA siempre es respetuosa y cordial.
Pero esto conlleva a entender qué es la IA y sus problemas, por ejemplo, ¿tiene sesgo?. Como modelo de lenguaje, la respuesta a una pregunta o solicitud de información puede estar influenciada por los datos que se utilizaron para entrenarla. Si esos datos contienen sesgos, ya sea hacia ciertas perspectivas, grupos de personas o formas de pensar, es posible que esos sesgos se reflejen en las respuestas que proporciona. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la información proporcionada por el chat GPT puede no ser siempre neutral o imparcial. Y como dice el Chat “aunque soy un modelo de lenguaje avanzado, todavía tengo limitaciones. Por ejemplo, no tengo la capacidad de sentir emociones o comprender el contexto social. No debes depender exclusivamente del chat GPT para tomar decisiones importantes o resolver problemas complejos.”
Jorge Torres Fuentes