Como reza el dicho, no hay plazo que no se cumpla… Y así, llegó el día. Tras dos años de su publicación, este 1º de noviembre entra en vigencia la ley 21.275. A partir de esa fecha, las empresas con más de 100 trabajadores no solo deberán contar con el 1% de su plantilla con personas con discapacidad laboral, sino que también, se deberán incorporar modificaciones en el área de recursos humanos. El desafío será que al menos uno de los trabajadores que se desempeñe en esta área tendrá que contar con conocimientos específicos en materias que fomenten la inclusión laboral de las personas con discapacidad.
El nuevo rol de “gestor de inclusión laboral”, tendrá como misión poder gestionar el proceso de inclusión laboral dentro de la organización. Esto en lo concreto, lo materializará realizando la coordinación de un diagnóstico de inclusión laboral de personas con discapacidad en la organización, haciendo el proceso de gestión de la implementación del plan de esa persona con discapacidad en el área determinada, y encargándose de la coordinación de la capacitación sobre el tema, buscando un enfoque de derecho y acorde a la normativa vigente.
Si bien suena como si tuviésemos que contratar un nuevo colaborador para el área personas, esto no será necesario, ya que los profesionales que asuman este rol sólo deberán acreditarse ante ChileValora, demostrando el manejo de los conocimientos técnicos y las competencias para el cargo. Para esto, las organizaciones podrán hacer uso de su franquicia tributaria y de este modo certificar a alguien que ya se encuentra dentro de su plantilla.
Todo lo anterior viene a robustecer lo impuesto por la ley ley 21.015, la cual exigía a las empresas con más de 100 trabajadores contar con, al menos, un 1% de su dotación de personas con algún tipo de discapacidad certificada por el organismo pertinente o subcontratar a alguna empresa que contara con este requisito. Con su implementación, el 2018, las expectativas en torno a la inclusión fueron creciendo, ilusionando a muchos con que Chile lograría la aceptación de las diferencias. Lamentablemente, si bien las escasas estadísticas con que contamos a la fecha intentan entregar un escenario auspicioso frente al impacto de la ley, al ver el detalle de éstas podemos concluir que esto sólo ha quedado en el papel. En el mundo público, por ejemplo, del total de puestos de trabajo inclusivos existentes a junio del 2021 (1.262), un 73% fueron contratados antes de la ley. De igual forma, al observar el número de contratos vigentes registrados bajo esta exigencia legal, podemos apreciar que éste llega sólo a los 21.128, lo que representa un 0,2% del total de ocupados a nivel nacional.
Lo anterior nos permite concluir que, quizás anticipadamente, a días de celebrar la Teletón no sólo debemos seguir imponiendo leyes de inclusión, sino que debemos trabajar en una cultura inclusiva a nivel país, que haga que los chilenos tomemos conciencia por más de solo “27 horas de amor” sobre el real sentido de la discapacidad. Ojalá este 4 y 5 de noviembre impulse más inclusión real, con la muestra de las historias de vida que impactan y que llena de orgullo a la gran mayoría de los chilenos.
Loreto Novoa Capponi