Hoy somos testigos que los medios de comunicación son instrumentos en constante evolución. Probablemente la primera forma de comunicación entre los seres humanos fue en base a signos y señales empleados en épocas remotas, evolucionando posteriormente en forma considerable hasta lograr incrementar de manera sustancial la comunicación global. En la actualidad los principales medios de comunicación son: periódicos, libros, teléfonos, radio, televisión, la web e internet y lo que más se ha posesionado durante la pandemia, las redes sociales (RRSS).
Éstas presentan hoy una oportunidad para transmitir nuestro pensamiento, filosofía, y trabajo, como también para comprender más asertivamente, los acontecimientos sociales y culturales, en búsqueda de la verdad, generando un impacto en libre albedrío.
Las redes sociales han sido cuestionadas por ser consideradas peligrosas porque no se tiene certeza de quién es el interlocutor en el otro extremo, riesgosas por la exposición a suplantación de identidad y eventual fraude y nocivas para el contacto personal, ya que entregan una falsa sensación de compañía.
Existen estudios que concluyen que el ser humano es social por naturaleza, pero quienes experimentan sentimientos de soledad se refugian en un mundo irreal, actualmente dominado por las RRSS, donde se sienten cómodos porque es un lugar hecho por personas extrovertidas y abiertas a la experiencia. Las personas de baja autoestima y poca confianza en sí mismos pueden contactar a otros sin salir de casa y sin el temor a ser rechazados, lo que genera la falsa sensación de seguridad.
Además, las RRSS tiene características que contribuyen a captar la atención, internalizarse en el pensamiento de las comunidades, con un lenguaje propio, pero sobre todo influyen en el proceso educativo de la sociedad, lo que genera un impacto en la libertad de elección de una persona.
Tal como su influencia ha generado cambios sustanciales en el desarrollo mundial, el libre albedrío se ha visto afectado en este proceso, dado que su influencia y masificación han generado mayores debates, transmisión de ideas y pensamiento, dando paso a las personas a poder comunicar con objetividad, e interacciones de las personas al poder informarse, educar, transmitir, entretener, formar opinión, enseñar, controlar, etc.
De este modo, se pueden crear estereotipos e impulsores del consumismo, y según intereses económicos, políticos y sociales, son utilizados muchas veces para la consecución de objetivos que trascienden la comunicación objetiva mediante la manipulación de la opinión pública, muchas veces alternado el libre albedrío.
En su lado positivo, aquí nos encontramos con una oportunidad importante en la educación, promoviendo a través de las redes sociales el cultivo del pensamiento crítico, aprendiendo a utilizar de una forma positiva las redes sociales para contribuir a que la sociedad pueda tener un pensamiento libre, una actitud intelectual que genere estructura del razonamiento, particularmente, las opiniones o afirmaciones que la gente acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.
Mauricio López Muñoz