“Cuidarnos es responsabilidad de todos”. Esta frase que, normalmente asociábamos a la prevención de riesgos, hoy refleja el estándar mínimo deseado para cualquier organización. La seguridad sanitaria que una empresa pueda entregarle a sus clientes, pero, especialmente a sus colaboradores, podrá ser determinante para el éxito de ésta. Lo anterior, ha impulsado dentro de la empresa la necesidad de construir una estrecha relación entre las áreas de gestión de personas y de ventas, que muchas veces se vieron en contraposición y que ahora deben actuar de manera coordinada y estratégica para lograr el correcto desarrollo de la empresa, limitar la propagación del COVID-19 y así asegurar la continuidad operacional del negocio, independiente la envergadura de éste.
Medidas protectoras ante la pandemia como andar con mascarillas o escudo facial, la toma de temperatura en las entradas, gráficas de distanciamiento, un afiche con el aforo, pagar con transferencia o contactless, dispensadores de alcohol gel, entre otras, han pasado a ser denominadores comunes en casi todas las empresas; un “desde” exigido por la autoridad sanitaria y por nuestra sociedad. Sin embargo, son sólo un mínimo exigido. Por ello, serán aquellas empresas que innoven las que impulsarán un cambio de cara a sus clientes internos y externos.
La innovación y creatividad son la fórmula para llegar a nuestros consumidores y para otorgar un espacio de seguridad para nuestros colaboradores. El descubrimiento de nuevas estrategias que le den un sello especial a nuestra empresa son los principales desafíos que hoy enfrenta cada institución. Para ello, la coordinación y colaboración entre recursos humanos y el área de ventas resulta fundamental, ya que es esta alianza la que permitirá generar una cultura de cuidado institucional, que otorgue tranquilidad a todos nuestros clientes.
Por otro lado, la pandemia ha dejado al descubierto la conciencia frente a la función terapéutica del trabajo y cómo éste nos ayuda a nuestra salud mental. Es aquí cuando vemos que el área de recursos humanos se ha tornado un pilar fundamental para el negocio, posicionándola como una socia real. Su labor a diario es crucial, desde el materializar los permisos para que sus colaboradores puedan asistir a la empresa hasta la coordinación perfecta para la continuidad del negocio, son parte de las nuevas funciones que han hecho de esta área nuevamente un núcleo estratégico al interior de la institución.
Hoy las empresas deben abordar no sólo el desafío económico impuesto por el virus, sino que también el cómo hacer funcionar a la perfección cada uno de los eslabones de la cadena, poniendo a las personas en el centro de la atención. Dado lo anterior, es que Ventas debe alinearse con Recursos Humanos para potenciar la marca, que ya no sólo depende del marketing, si no que un equipo sano y talentoso ha pasado a ser la mejor publicidad institucional; por ende, debemos valorar a nuestros colaboradores y que todo lo avanzado en este contexto no se retroceda una vez pasada la pandemia. Sólo así, “cuidarnos será una real responsabilidad de todos”.
Loreto Novoa Capponi