- Rodrigo Fuentes Solís
- Profesor Asistente
- Escuela de Administración y Negocios
- Universidad de Concepción
Y a pesar de ser un tema importante, creo que sabemos poco de innovación. El 7 de agosto de este año, el periódico elmostrador publicó una noticia que reflejaba una baja en el ranking para el caso de Chile, con respecto a la innovación. En particular, se muestra un ranking que entrega la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en el cual se presenta un índice que busca medir el desempeño en materia de innovación en 129 países del mundo. Y aunque Chile continúa liderando en América Latina en el lugar 51 del ranking, se aprecia una baja de 4 puestos respecto de la medición anterior. Preocupante, por decir lo menos, cuando sabemos que la innovación es lo que permite el desarrollo de los países.
Entonces, ¿qué sabemos de innovación? Me lo pregunto, antes de analizar o intentar explicar la baja.
Hablar de innovación es pensar en algo adicional a lo clásico, implica romper algún esquema. Y si lo clásico es pensar que el equilibrio en un mercado se consigue a través de la competencia entre las empresas, y esta competencia a su vez nos lleva a un precio de equilibrio: la innovación destruye el equilibrio actual y nos puede llevar a subir o bajar los precios, agregando valor, para luego llevarnos a un nuevo equilibrio de mercado.
Dos ejemplos de esto. Uno, pensemos en las empresas de taxis hace 10 años atrás, luego pensemos en una empresa nueva con una innovación importante (Uber, por ejemplo); la nueva empresa crea valor y los precios bajan, finalmente llegamos a un segundo equilibrio en el precio, más bajo que el anterior. Reflexionemos con un segundo ejemplo, donde la innovación implica subir los precios: una máquina de escribir a un precio X hace 30 años atrás, después una empresa ofrece un computador portátil, a un precio muy superior al de la máquina de escribir; pero que también agrega mucho valor. Luego de esto, el equilibrio dos implica un precio mayor. En ambos casos fue la innovación la que permitió agregar valor a los clientes, resolviendo mejor una necesidad, y al mismo tiempo, cambiando el precio de equilibrio.
Al entender un poco más de innovación e intentar ejemplificarla de alguna manera, me permito profundizar y retomar con dos interrogantes, ¿cómo se relaciona la Propiedad Intelectual (PI) con la Innovación? y ¿por qué la baja de Chile en el índice de innovación?
De acuerdo a la definición de PI, definida por la OMPI, esta puede ser asociada tanto a los derechos de autor en obras literarias, música, pintura, software y otros, como también vincularse con la propiedad industrial, considerando patentes, marcas y diseño. En ambos casos, es a menudo considerado como un indicador del desarrollo de la innovación y del crecimiento.
Quizás la baja en el índice de innovación se produce dado que las empresas chilenas no ven el segundo ejemplo de innovación como una opción favorable y piensan más en la innovación como una forma de competir bajando los precios, luego es poco atractivo innovar si esto implica bajar los precios.
Finalmente, creo que es fundamental que las empresas tradicionales de nuestro país aumenten sus actividades de innovación, y que lo aumenten también, las organizaciones que producen libros, música y arte en general.