“Cada año, los fondos que pone a disposición el Estado de Chile para que las empresas fortalezcan su capital humano con capacitaciones, van en declive”. Este fue uno de los titulares que Americaeconomia.com publicó el 11 de enero de este año. Como complemento de esto, y llevado al ámbito más local, he tenido la oportunidad en el último tiempo, de participar como relator de un curso con franquicia SENCE (del Servicio Nacional de Capacitación) en nuestra ciudad Chillán, capital de la Región de Ñuble. En la primera clase, pude constatar que de los 14 inscritos, solo uno estaba usando dicha franquicia. Frente a este panorama, me pregunté: ¿por qué las empresas no usan este beneficio?, ¿falta de información? o quizás ¿no le asignan valor a la capacitación?, ¿serán los trabajadores (as) los que no se motivan a usarlo? o ¿los trabajadores (as) simplemente se capacitan sin usar este subsidio?
El sitio web mencionado anteriormente, ha señalado que de un universo que bordea el millón de empresas en Chile, menos de 20.000 (2%), utiliza efectivamente los programas de subvención en capacitación e inserción laboral que promueve el SENCE, institución dependiente del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Cada año se ven recursos no utilizados, debido a diversas razones. Las capacitaciones son impartidas por Organismos Técnicos de Capacitación (OTEC), que cumplen con la Norma Chilena de Capacitación número 2728.
El Diario Financiero el 11 de abril de este año publica: “SENCE capacitó a 760.000 personas el 2018 y subsidios al empleo sumaron USD$200 millones”. Según un boletín del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), publicado en junio de 2018, los ocupados en Chile fueron alrededor de 8.3 millones de personas. Si tomamos la cifra 760.000/8,2 millones = 9% aproximadamente, es decir, que alrededor de 9 de cada 100 trabajadores se capacitó el 2018, usando la franquicia.
Por otra parte, el sitio pauta.cl en su sección Economía, el 28 de marzo de este año, es encabezado por el siguiente enunciado: “El proyecto de modernización del SENCE, un sistema obsoleto, una franquicia tributaria mal focalizada e incentivos mal puestos son algunos de los problemas. El Gobierno busca modernizarlo”. El Gobierno anunció un proyecto de ley para reformar el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, afirmando que sería uno de los mayores cambios, desde su creación en el año 1976.
Una conclusión evidente se centra en la necesidad/oportunidad de mejorar, en cuanto a mayor difusión para las empresas y los trabajadores, además de mostrar evidencias respecto del valor de capacitarse, motivar a los trabajadores, y por supuesto, actualizar el mecanismo o proceso de asignación de este subsidio, junto con políticas públicas de largo plazo que ayuden a fomentar la productividad de las empresas y las competencias de los trabajadores. Una idea innovadora podría ser, sacar el foco de las empresas para acceder a este subsidio y poner el foco en determinados sectores industriales, para luego permitir a los trabajadores o personas en edad de trabajar, postular directamente a este beneficio dado determinados cupos por territorio y/o industria, coordinado a través de los OTECs existentes.
Rodrigo Fuentes Solís