En estos tiempos el conocimiento y la innovación son vitales para un desarrollo sustentable, por lo que una dimensión trascendental a considerar en el desarrollo territorial tiene que ver con el capital humano con el que cuenta, más aún para nosotros, en que en el presente año se instalará la nueva región de Ñuble. De particular importancia es la educación de la población ya que según diversas fuentes se considera como un requisito esencial para reducir la pobreza y por ende mejorar las condiciones de vida de las personas, de ahí el hecho de aunar esfuerzos por mejorar la calidad y el acceso a la educación. Respecto al nivel educacional alcanzado por la población, en Ñuble se observan tendencias similares a las del país; es decir, la población en general ha aumentado su escolaridad y los sectores urbanos exhiben niveles educacionales significativamente superiores a los habitantes rurales, tanto en el caso de hombres como de mujeres (Fawaz, 2012).
Sin duda, la educación se ha transformado en un tema relevante para la población de la nueva región, muestra de ello, es que en tan solo 8 años han aumentado al doble el número de matriculados en la educación superior, con 23.958 matriculados en el año 2018, mientras que en el 2000 sólo se contaba con 12.141 (Servicio de Información de Educación Superior, SIES, 2018). Esto no sólo responde a una mayor valoración de la educación por parte de la ciudadanía, sino también en el caso de las universidades e institutos a un importante incremento de la oferta de educación superior en nuestro territorio.
Por mi parte creo que el gran desafío es facilitar que la oferta educacional disponible sea adecuada para garantizar un correcto manejo administrativo-económico de la Región de Ñuble. En ese contexto al menos en nuestra carrera, Ingeniería Comercial, en el presente año incorporaremos asignaturas electivas que complementen la formación tradicional con los aspectos jurídicos que se utilizan en la administración pública como también contenidos relacionados con la dirección y gestión de carteras de proyectos a nivel regional, provincial y municipal.
Complementando lo anterior, sostengo que una de las principales fortalezas de nuestra región es la presencia histórica de dos grandes universidades (Universidad de Concepción y la Universidad del Bío-Bío), esto es crucial debido a que sin duda nos permite formar el capital humano necesario para la sustentabilidad de los proyectos de la región y también facilitará la participación de académicos en proyectos multidisciplinarios que permitan innovar en diversas áreas del desarrollo territorial.
Creo sinceramente que nuestra región tiene todas las potencialidades para ser referente a nivel nacional en la formación de profesionales universitarios, tanto así que un objetivo estratégico podría ser convertirse en los principales exportadores de capital humano de alta calidad a nivel regional. De ese modo continuaremos posicionando a nuestro territorio como cuna de las más altas personalidades en todas las áreas del saber.
Roberto Herrera Cofré