El marketing tiene una marcada evolución en el tiempo, muchas veces desconocida. Se suele confundir el marketing con las ventas, pensando que es solo una herramienta publicitaria y que su rol primordial es generar ventas, mover inventarios y lograr la rentabilidad del negocio. Esta primera etapa de nacimiento del marketing que data del año 1920 se conoce como Marketing 1.0, en la cual las habilidades de los vendedores eran imperantes. Luego su rol cambia a una disciplina profesional en el año 1950, llamada esta etapa como Marketing 2.0, que buscó comprender el consumo desde el consumidor y no del producto, de tal forma de diseñar productos y servicios que antes que salieran al mercado estos estén vendidos, plantear el marketing estratégico y marketing operativo con un mayor conocimiento de las necesidades, deseos y aspiraciones del consumidor.
Es así como el marketing de solo ser un accesorio para a ser estratégico para llegar a la esencia del negocio en el año 2000 buscando entender las distintas relaciones que existen entre los consumidores y los productos. De una estrategia push marketing avanza a una partnership, en que en los principios se producía para posteriormente ofrecerlo en el mercado y empujar la venta y en la actualidad se busca asociarse al consumidor co-creando con él el diseño de los productos y servicios transformándose este consumidor en un «prosumidor» porque tiene la dimensión de producir el producto y consumirlo. Esta nueva etapa es la llamada Marketing 3.0, la cual está centrada en los valores, frente a un consumidor que demanda no tan solo beneficios funcionales del producto sino que emocionales y espirituales, buscan soluciones para sus preocupaciones de cómo convertir este mundo globalizado en uno mejor (Kotler et. al., 2010) y la marca que interprete de mejor forma este concepto en su oferta construyendo una relación a largo plazo logrará quedarse no tan solo en su mente sino que también en su corazón. Las empresas que comprenden el Marketing 3.0 se esfuerzan en visualizar al consumidor como persona, con inteligencia, corazón y espíritu. El Marketing 3.0 considera a los consumidores como seres humanos integrales complementando lo emocional con lo espiritual (Kotler et. al., 2010).
Esta evolución también debe su desarrollo a la Neurociencia, que se implantó en la década de los 90 como la era del cerebro y desde ahí no se ha detenido en investigar y entregar mayores hallazgos al comportamiento de consumo de las personas. Una gran hallazgo para la ciencia fue declarar el hombre emocional, en el cual, sus decisiones de consumo están basadas en las emociones más que rentabilizar sus beneficios. Es así, como las ciencias exactas ya no bastan para comprender el comportamiento de consumo y la neurociencia se incorpora junto a la filosofía, Economía, psicología, antropología y sociología para observar y poder sumarse en dar respuestas en conjunto de su forma de consumo. Nace el neuromarketing, disciplina moderna que incorpora la neurociencia y el marketing con técnicas de neuroimágenes para comprender el funcionamiento del cerebro y entender sus preferencias.
Lilian Baeza Robles