Como dicen los especialistas, “los recursos son escasos y por tanto deben utilizarse en forma óptima”. Para romper este paradigma, existen recursos que eventualmente son ilimitados y que están disponibles libremente, es lo que sucede con la energía solar (fotovoltaica). Sin embargo, como nada es perfecto, la limitante en este caso es la Inversión Inicial. Evaluaciones económicas conservadoras dan cuenta de que se puede recuperar la Inversión en plazos que van de 7 a 10 años, situación que para el común de las personas no es muy alentadora. Por tal razón se requiere de una mirada de mediano y largo plazo, mirada que debe proporcionarla el Estado. Es así que a partir de la promulgación de la ley 20.571 en el año 2014 y su respectivo reglamento de operación, ha habido un incremento exponencial en la cantidad de energía generada a través de paneles solares. Esta Ley permite que un particular genere energía eléctrica a partir de energía solar utilizándola para el autoconsumo y venda los excedentes a la compañía eléctrica.
Es sabido que las necesidades hídricas en la agricultura se manifiestan en periodos estivales, y como si estuviera programado, es en este periodo en donde se pueden obtener los máximos rendimientos en energía solar. Vale decir, existe una compatibilidad perfecta entre la energía solar y la agricultura. En la actualidad Chile cuenta con un sistema de apoyo al sector agrícola, a través de organismos como CNR, INDAP y FIA, entre otros, que a partir de sus planes de inversión asignan mejor ponderación a proyectos que contengan energías renovables. Los beneficios son variados y van desde una fuente de energía inagotable, no contaminante, que no produce emisiones de CO2 u otros gases, no produce ruidos y contribuye al país con una matriz energética diversificada. Los paneles son fáciles de instalar y mantener, se instalan en cualquier lugar y pueden ser de distintos tamaños, son fácilmente modulables, con lo cual pueden aumentar o reducir la potencia según las necesidades, gozan de larga vida, son resistentes al viento, al granizo, y a las bajas temperaturas, son idóneos para zonas donde el tendido eléctrico no llega o su extensión tiene un costo demasiado elevado.
Existen dos sistemas de generación fotovoltaica, ON GRID (Conectado a la red) y OFF GRID (Sistema isla). Los dos sistemas tienen sus beneficios y desventajas, dentro de los cuales se pueden mencionar las siguientes:
Si se cuenta con una red eléctrica cerca del punto de instalación, se recomienda hacer un sistema ON GRID. Con este sistema se puede abastecer el consumo domiciliario cuando no esté en uso el sistema de riego, reduciendo el valor del consumo del hogar. Como desventaja, se tiene que si se corta la energía eléctrica pública, por seguridad, el sistema fotovoltaico no puede generar energía, regulado por la misma Ley.
Para el sistema OFF GRID, la principal ventaja es que se puede instalar un sistema fotovoltaico en cualquier lugar sin la necesidad de red tanto para riego como para el hogar. Sin embargo la energía sobrante se pierde.
Como conclusión, se espera que la población chilena pueda invertir en la autogeneración de energía y en lo posible utilice los instrumentos de fomento proporcionados por el Estado.
Ricardo Pérez Tirapegui