Y luego de 22 años de historia la Unión Europea descubre que no es irreversible, dice el diario español El País al día siguiente que el Reino Unido decidiera en por un 51,9 %, retirarse del proyecto de unión política, económica y administrativa más grande del mundo. El Brexit, término acuñado para describir la salida británica (British Exit), era un objetivo político que buscaban algunos partidos políticos, grupos civiles y personas del Reino Unido.
Retirarse de la Unión Europea en todo caso, es un derecho de los Estados miembros que está plasmado el Tratado de la Unión Europea. La novedad es en que por primera vez en su historia un país decide retirase de ella, cuando existe una lista de candidatos esperando poder ingresar o ser aceptado por el conglomerado económico. No obstante cabe recordar, que el mismo Reino Unido había hecho las consultas democráticas pertinentes el año 1975 con un resultado a favor de la continuidad en la comunidad. El resultado no fue uniforme en todo el Reino Unido. A favor del Brexit se encuentran Inglaterra y Gales; por la permanencia están Escocia e Irlanda del Norte, principalmente. Punto a considerar dentro del Reino Unido.
Pero el resultado no debe asombrar demasiado. Inglaterra en particular nunca tuvo una fe tan ciega en la Unión Europea, su fe estaba muy lejos de la confianza que tenía Alemania o Francia en Europa. Era claramente uno de los países denominados euroescépticos. No fue de los fundadores, se sumó al proyecto más tarde, en 1973. Casi dos décadas después que la firma del Tratado que dio origen a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, donde Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, logran un entendimiento que favorece el intercambio de las materias primas, la génesis de la UE. Una gran solución a la devastada Europa post segunda guerra mundial.
Tampoco Inglaterra se sumó a la moneda única de Europa, el Euro, que entró en circulación el 1 de enero de 2002. Hoy lo usan 19 de los 28 países que conforman este gigante europeo. Entonces que Inglaterra haya decidido retirarse de la Unión Europea no es algo que sorprende en el fondo, quizás sí en la forma, por ser la primera vez y porque recién se levanta Europa de la gran depresión económica para recibir el golpe del abandono de uno de los estados más sólidos en su economía.
Lo que pasó al interior de Inglaterra no es otra cosa que el miedo al proceso de inmigración, miedo que las clases trabajadoras tenían frente a pérdida de sus fuentes laborales. Suena contradictorio en el heredero de un imperio que creció gracias a las contantes migraciones que hicieron sus habitantes para conquistar otros lugares del mundo. Pero en fin el hecho es que las repercusiones políticas ya se anunciaron.
El Primer Ministro David Cameron dimitirá en octubre. Las repercusiones económicas en primer término fueron las caídas de las principales bolsas europeas. Seguro en la semana tendremos más consecuencias de esta decisión, pero claramente el lema “Unidad en la Diversidad” no es algo que acomodara al pueblo inglés.
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