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Emprendimiento Femeino

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Todos hemos escuchado acerca  de la equidad de géneros, ¿pero se han  preguntado por qué es realmente importante?

La equidad viene dada por la posibilidad de las mujeres de alcanzar el control de su propia vida y de lograr autonomía económica. Una de las maneras de lograr el empoderamiento femenino es a través de la inserción de la mujer al mundo laboral, lo que trae consigo la posibilidad de que ellas aporten recursos vitales a sus hogares.

Está ampliamente demostrado que, en el caso de las familias vulnerables, el trabajo femenino se traduce en que ese núcleo pueda superar la línea de la pobreza y también que exista una relación más equilibrada entre hombres y mujeres, que ayude a la autonomía de la mujer, no sólo económica, sino también físicamente, contribuyendo así a disminuir las tasas de violencia física, psicológica y económica.

Una de las formas de incluir a las mujeres en el mundo del trabajo remunerado, es a través del emprendimiento. Este les permite más flexibilidad que los trabajos formales. De hecho, las cifras lo corroboran: 1 de cada 3 emprendimientos hoy en día son de mujeres, y en el 47% de los casos, ellas son jefas de hogar, es decir, son el único o el principal ingreso del grupo familiar. Sin embargo, aún las mujeres emprenden en proyectos poco rentables, en su mayoría asociados al comercio (54%), de hecho vemos que los hombres tienen ingresos 4 veces mayor que las mujeres en sus emprendimientos (División estudios de Empréndete Chile, Características del Emprendimiento Femenino, enero 2013).

Si se mira la realidad de Chillán, se ve que el emprendimiento femenino en la zona es mucho más bajo que en el resto del país, de hecho sólo un 28% de los nuevos negocios emprendidos por mujeres fueron en la zona centro sur, versus un 47% de la región Metropolitana.

Acá, pesa el machismo, que aún se encuentra muy arraigado en la cultura rural de esta zona, donde todavía se piensa que no es correcto que la mujer salga a trabajar y tenga independencia económica; es el hombre el que tiene que preocuparse de esos temas.

Aún en estos días, en Chillán, existen cánones de familias tradicionales establecidos, donde el rol de la mujer esta únicamente destinado a la crianza y las labores domésticas, lo que si bien es loable, no le permite tener el empoderamiento necesario para poder logar el control de su vida.

¡Cuán bien le haría al género femenino de Ñuble logar mayor autonomía!

Chile ha entendido este problema, y cada vez hay más incentivos concretos para que las mujeres puedan emprender. Durante el 2013 más de 2.000 mujeres se beneficiaron con el Capital Semilla Abeja de Sercotec, el que aún sigue funcionando. Vemos también que en la agenda productiva del gobierno viene un programa especialmente destinado a mejorar las condiciones de acceso al financiamiento y servicios para las mujeres emprendedoras, contribuyendo así al fortalecimiento y crecimiento de sus negocios.

Invito a todas las mujeres que tengan ganas de surgir, que se empoderen y se atrevan a desarrollar sus proyectos, investiguen y busquen ayuda ya que hay muchas instituciones y programas destinados a prestarles apoyo.

Daniela Carlin,

Académico Escuela de Administración y Negocios – Universidad de Concepción.

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