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En búsqueda de la igualdad

Debo reconocer, como muchos, que en un inicio observamos con cierta distancia el movimiento feminista, hasta que los hechos constatables nos obligaron a no caer en la irreflexión de la negación. Ahora me pregunto ¿Qué cambios persigue? La RAE define feminista como Igualdad de derechos de la mujer y el hombre, relevando el aporte de las mujeres sin menospreciar el de los hombres. Frente a esta definición me pregunto ¿Cómo comenzó este movimiento?. En la página del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, se menciona la existencia de registros de movimientos feministas en nuestro país desde la segunda mitad del siglo XIX, como resultado de estas movilizaciones el año 1877 se otorga a la mujer el derecho a ingresar a la Universidad. En 1884 se registra una segunda ola de movimientos –ahora para ejercer derecho a voto- pero solo fue concedido para las municipales de 1935 y posteriormente en las presidenciales en 1952. En términos de participación social, el año 1950 se elige en Concepción la primera diputada, pero el hecho más relevante se produce 2014 cuando la ceremonia de cambio de presidente por primera vez es protagonizada por dos mujeres la Presidenta Electa y la Presidenta del Senado. El movimiento se reactiva este año, liderado por una generación de mujeres estudiantes que aspiran a mejorar la interrelación de género a través de la educación pero ¿Cuáles son sus demandas?, en términos generales, el movimiento se focaliza en educación no sexista, cambios en mallas curriculares, capacitación en materia de igualdad de género por nombrar solo algunos. No olvidando por cierto las demandas de la mujer trabajadora, donde los principales dolores son el sobre costo de hasta un 66% más en sus planes de salud con un sueldo promedio 30% más bajo que los hombres, entre otros.

La reconstrucción de la historia muestra que las mujeres han logrado conquistas sociales allí donde y cuando ha habido mujeres protagonizando esas conquistas. Ahora, ¿cuál es el futuro del movimiento?. En mi opinión, el movimiento debe ser capaz de materializar el convencimiento de la opinión pública, que se está hoy frente uno de los principales motores de cambio social. Y que en base a la irrefutabilidad de los hechos es necesario formalizar una conducta social aceptable. Por cuanto, creo necesario que se establezca una normativa que regule las relaciones interpersonales, lo que nos permitirá entregar certeza del cambio cultural que debemos integrar, disminuyendo las ambigüedades en materias sociales, especialmente derechos o beneficios exigibles.

Lo cierto es que existen múltiples áreas donde como sociedad debemos perfeccionar y avanzar, no obstante, hemos sido testigos de importantes cambios de visión en una sociedad tradicional, que paulatinamente y en forma decisiva ha avanzado hacia la condena de cualquier tipo de abuso, violencia o humillación. Más aun, el desafío es aportar a conformar una cultura de corresponsabilidad donde los roles se comparten sobre todo en el cuidado de los hijos y la familia.

Víctor Díaz López

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